Las bajas temperaturas que han alcanzado hasta -4 °C en la capital están causando un notable aumento en el ausentismo escolar. Según la maestra Rosalinda Alvarado Muñoz, subdirectora académica de la Escuela Primaria Ford 95, el miércoles se registró un ausentismo del 95%. De los 352 alumnos, apenas 20 asistieron a clases.

El motivo principal de esta situación es el temor de los padres de familia a que sus hijos sufran enfermedades respiratorias, un riesgo alto en condiciones de frío extremo. Este problema afecta especialmente a niños y adultos mayores, quienes son los sectores más vulnerables a las bajas temperaturas.

A pesar de la ausencia masiva de alumnos, las clases no han sido suspendidas. Los maestros cumplen con su responsabilidad de asistir y atender a los pocos estudiantes que llegan. “El personal docente está aquí, esperando a los alumnos”, señaló Alvarado.

La decisión de enviar o no a los niños a la escuela recae en los padres de familia, quienes priorizan la salud de sus hijos ante las inclemencias del clima. Las bajas temperaturas no solo afectan la asistencia, sino que también aumentan la preocupación por el bienestar de los más pequeños.

Este panorama pone en evidencia cómo las condiciones climáticas extremas afectan directamente el sistema educativo y la vida diaria de las familias en la capital.