En Durango hay niños que están sufriendo hambre; y lamentablemente se conoció el caso de un bebé de 11 meses que murió por desnutrición a consecuencia de la pobreza de su familia, señaló la regidora Rosa María Ascencio Orrante, al asegurar que los bebés no debe morir por falta de hambre o medicamentos.
A raíz de la pandemia, las familias tienen menos dinero para comprar alimento para sus hijos; hay menos recursos para distribuirlo equitativamente entre las necesidades de sus hijos. Los padres de familia hacen lo que pueden con lo que tienen.
«Es muy importante que se retome la sana alimentación con frutas y verduras de la temporada que no son caras pero si nutritivas. Además de que se tiene que cuidar mucho la hidratación de los niños», precisó.
Sin duda los problemas económicos están afectando la alimentación de los niños y de los bebés. Lo que ocurrió con el bebé debe dejar una reflexión y sobre todo debe obligar a todos a actuar.
«Tenemos que revisar que podemos hacer a través de políticas públicas para evitar que los niños pasen hambre y violencia», aseveró.
Comentó que deben fijarse en los focos rojos para ver cómo apoyar a esas familias, entre todos; sociedad y Gobierno.
Finalmente, comentó que es muy importante que los padres de familia, sepan que pueden acudir a las instituciones como es el DIF municipal, para recibir apoyo.