Por: Antonio Gaytán
Campesinos prefieren usar agroquímicos a pesar de que estos productos deterioran sus suelos, destruyen la biodiversidad, contaminan el agua y emiten gases de efecto invernadero.
Hace décadas se incorporaron fertilizantes y pesticidas químicos a la llamada agricultura moderna, que si bien favorecen la producción tienen efectos nocivos en el medio ambiente.
Incluso, en las personas pueden tener efectos cancerígenos, neurotóxicos, mutagénicos, e incluso pueden alterar funcionamiento endócrino y reproductivo.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) promueve un nuevo sistema agroalimentario y nutricional basado en la agroecología.
Desafortunadamente han encontrado resistencia de los campesinos, «están casados con la facilidad», expresó el encargado de la Sader en Durango, Saul Vargas.
En 2021, el funcionario federal divulgó que la empresa SuKarne regalaba todo el estiércol que quisieran, solo había que mandar camiones al corporativo que se encuentra en el municipio de Tlahualilo, desafortunadamente nadie mostró intereses.
«Nadie atendió ese llamado porque prefieren usar 50 kilos de urea que tiene 46 por ciento de nitrógeno que batallar con toneladas de composta», expresó.
Saul Vargas fue técnico agroecológico en el programa ‘Producción para el Bienestar’ donde se les enseña a los campesinos fabricar compostas, bioles e insecticidas orgánicos.
El encargado de la Sader refirió que es muy sencillo fabricar estos productos orgánicos y obtener buenos rendimientos de cosecha, sin depender de químicos que dañan las tierras, el medio ambiente y la salud.
Además, en la actualidad, los altos costos de los agroquímicos, principalmente los fertilizantes, hacen incosteables la mayoría de los cultivos, en consecuencia, los productores están obligados -por así decirlo- en recurrir a la agroecología.
En el marco del Día Mundial del Suelo 2022, desde Morelia, Michoacán, la directora general de Políticas, Prospección y Cambio Climático de la Sader, Sol Ortiz García, resaltó la relevancia del suelo como un recurso fundamental para la agricultura y la vida en el planeta.
Detalló que 95 por ciento del suministro mundial de los alimentos depende de la función del suelo, es hábitat del 25 por ciento de la biodiversidad del planeta y forma parte fundamental del ciclo de nutrientes y otros ciclos biogeoquímicos.
Sin embargo, dijo, que los suelos de México enfrentan un escenario complejo ya que, 64 por ciento muestra algún nivel de degradación y parte de esa condición se asocia al impacto de las actividades agrícolas.
El 28 por ciento de las unidades de producción presentan como principal problema la pérdida de fertilidad del suelo, mientras que, en los Distritos de Riego, 20 por ciento de la superficie tiene problemas de salinidad, procesos que se incrementan debido a los efectos del cambio climático.
Ortiz García expuso que las funciones como filtración de agua, reducción de contaminantes y captura de carbono, entre otras, colocan al suelo como un recurso esencial para garantizar la seguridad alimentaria y combatir la contaminación del agua y el aire, así como la pérdida de biodiversidad.
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