Historia y transformación del CCB: joya arquitectónica

El Centro de Cultura y de Convenciones Bicentenario (CCB) de Durango representa un símbolo vivo de la historia y evolución urbana de la ciudad. Este conjunto de 20 edificios con arquitectura neoclásica afrancesada ha acompañado el desarrollo social, educativo y cultural del estado por más de un siglo.
CCB, legado de Porfirio Díaz
El 5 de mayo de 1899, el gobierno de Porfirio Díaz inició la construcción de un hospital civil para la ciudad. El doctor Mariano Herrera y el ingeniero Luis Álvarez Zubiría diseñaron un ambicioso proyecto arquitectónico que contemplaba 20 edificios conectados por arcadas y andadores. En 1904, la falta de recursos obligó a suspender la obra, pero las autoridades la retomaron en 1906, con la intención de inaugurarla durante el Centenario de la Independencia, en 1910.
Para esa fecha, solo habían terminado 12 edificios en obra negra. La Revolución Mexicana, iniciada en 1910, desvió el destino del proyecto. En 1911, las tropas revolucionarias ocuparon el inmueble y lo convirtieron en cuartel militar durante los siguientes 25 años. Durante ese tiempo, los militares añadieron fortificaciones en el acceso principal y realizaron trabajos de carpintería y servicios generales.
CCB y su impacto en Durango
En 1937, el presidente Lázaro Cárdenas ordenó la creación de la Escuela Industrial “Hijos del Ejército” No. 8 en el edificio. Esta escuela, que reflejaba los ideales de la educación popular postrevolucionaria, atendía a hijos de militares, obreros y campesinos. En 1944, la institución evolucionó al Internado “Juana Villalobos”, administrado exclusivamente por la SEP, y brindó vivienda, alimento y educación a niños de zonas rurales durante más de cinco décadas.
En 1996, el internado se trasladó a un nuevo edificio en el sur de la ciudad. El inmueble histórico pasó a formar parte del patrimonio del Gobierno del Estado, que lo asignó al Instituto de Cultura de Durango. Ese mismo año, el gobierno estatal inició los trabajos de restauración, con el apoyo del INAH, y en 1997 habilitó 13 de los 20 edificios para crear el Conjunto Cultural Durango.
En 2008, el gobierno estatal impulsó una renovación profunda con recursos federales. Finalmente, en 2010, el espacio se consolidó como el Centro Cultural y de Convenciones Bicentenario de Durango, inaugurado como parte de los festejos por los 200 años de la Independencia de México. El recinto ahora combina tecnología moderna con su arquitectura original para albergar exposiciones, ferias, congresos y eventos de gran escala.
Gracias a su historia, diseño y aportación social, el CCB se mantiene como un orgullo duranguense y uno de los recintos culturales más importantes del norte de México.
Por: Pamela Estrada