El acoso sexual en el transporte público es una forma de violencia contra las mujeres que engloba todas aquellas conductas, prácticas y diversas manifestaciones de connotación sexual, como: miradas lascivas, sonidos, “piropos”, tocamientos, roces; todas estas conductas pueden ser recibidas desde una persona desconocida o no, y ocurren a bordo de la unidad de transporte o en la infraestructura de acceso.

De acuerdo con datos de Inmujeres el 98 por ciento de las mujeres en el país ha sido víctima de algún tipo de acoso sexual en el transporte público, con esta estadística, se estima que nueve de cada 10 mujeres ha sufrido violencia en espacios públicos mientras se traslada a estudiar, trabajar o de camino a su casa.

En las últimas semanas, en Durango, algunas usuarias de transporte público han logrado documentar que durante su traslado han sido víctimas de algún tipo de acoso sexual por parte de otros pasajeros.

“Un señor me quería tocar la pierna, metía su manita así y yo me levanté y me cambié de lugar. También he visto como acosan a las chavas, he notado como se les acercan mucho y aunque ellas se hacen a un lado, ellos van y las siguen”, narró Noelia.

El acoso en el transporte público se ha normalizado a tal grado que, incluso, algunas usuarias han buscado implementar sus propias estrategias para transportarse y evitar alguna conducta inapropiada por parte de los choferes o de los mismos usuarios:

“Sí me he sentido acosada, los señores se te quedan viendo mucho a las piernas o cuando entrego el dinero al chofer, me rozan la mano o se me quedan viendo por el retrovisor. Por eso, casi siempre trato de irme hasta atrás, aunque no alcance a ver, en algunos casos si le he llegado a decir al chofer y si no, ayudar a la persona que está en alguna situación para reclamarle al que le está diciendo cosas”, señaló Emily, usuaria del transporte público.

Sí es un problema de inseguridad…

Estas denuncias públicas han obligado a la subsecretaría de Movilidad a generar estrategias de seguridad para las y los usuarios que, día tras día, utilizan alguna de las rutas de transporte público en la entidad.

Rafael Valentín Aragón, subsecretario de Movilidad, reconoció el problema de inseguridad al que se enfrentan diariamente las mujeres, por eso comenzó a diseñar una serie de políticas para combatir el acoso dentro de las unidades de transporte público.

“Empezamos por entender el problema, porque la situación se da comúnmente entre los usuarios y a veces se presta para que ello ocurra derivado de varios factores: horarios, porque van muy apretados o por otros pretextos. A partir de ahí, entendiendo que los motivos siendo muy puntuales de que las personas tienen la intención de acosar o agredir, observamos que, sí podíamos intervenir, aunque fuera un caso entre particulares, porque ocurre en el camión del autobús y a nosotros nos toca regular el transporte público, ahí es donde vimos un nicho de oportunidad de plantear posibles soluciones que son varias”, señaló Aragón.

Las primeras estrategias 

Una de las estrategias implementadas por la subsecretaría de Movilidad fue aplicar a algunos choferes el programa ‘Nuevas Masculinidades’.

Sin embargo, esto no ha sido suficiente para atender un problema que no se denuncia, pues según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2022 elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el 45.9 por ciento de las mujeres en Durango se siente insegura al utilizar el transporte público.

Al respecto, Rafael Valentín Aragón, subsecretario de Movilidad, también apostó por la implementación de un botón de pánico en el que intervengan las autoridades de seguridad en casos de acoso entre pasajeros.

“Se escanea el código QR de la unidad, cada unidad tendrá el código especializado, saldrá la ruta del autobús, itinerario, el chofer con su fotografía y se pueda identificar la unidad. También se le va a desplegar el botón de pánico con opciones, si se trata de un acoso, y las opciones son importantes porque el llamado se irá directamente al C5 y ya hablamos con la secretaría de Seguridad Pública y nos pusimos de acuerdo de forma inicial y autorizan ellos para que se pueda dar de esa manera”.

El subsecretario de Movilidad señaló que el desarrollador de esta aplicación también deberá incluir otras opciones que acudan al llamado de auxilio.

“Si es una agresión sexual o un acoso sexual, una riña dentro del autobús, la intención es que eso traiga otro tipo de corporaciones policiacas, en este caso y el C5 establecerá el protocolo de actuación”, indicó Rafael Valentín Aragón.

¿Cuál es la sanción en Durango?

De acuerdo con el artículo 182 bis del Código Penal de Durango, el acoso sexual se castiga con una penalidad de seis meses a tres años de prisión, y una multa económica que va desde los tres mil 734 pesos a los 22 mil 407.84 pesos.

En los próximos días la subsecretaría de Movilidad estará realizando las pruebas piloto para determinar los ajustes necesarios a esta aplicación, por la que se podrá acceder únicamente mediante el escáner del código QR de cada unidad.

“Esto puede marcar la diferencia entre un antes y un después, porque la plataforma nos va puede permitir que el usuario evalúe el servicio de transporte público. La intención es que, al crearse la plataforma, nos debe servir para varios hechos en los que nos dé tanto a la subsecretaría como a otras áreas, como el Instituto de Salud Mental tiene interés en investigar y a partir de la investigación proponer posibles soluciones, pues ya existen cursos muy focalizados en tratar de ayudar”.

Molestia normalizada…

El acoso sexual en transporte público se ha normalizado a tal grado que incluso ya el 22.5 por ciento de las mujeres ha dejado de utilizarlo por temor a ser acosadas dentro de las unidades, según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2022 elaborada por el Inegi.

“Antes, cuando estaba en el Tecno, me subía al camión en la parte de atrás, y en una ocasión se subió una persona a cantar, pero me miraba de una manera acosadora y cuando me bajé, me acercó su miembro. Por eso dejé de ir a la escuela en la tarde, pensé en retomar la clase que tenía en el Tecno para después”, Rosa, usuaria del transporte público.

Rafael Valentín Aragón señaló que todas las instancias gubernamentales buscan erradicar de una u otra forma el acoso sexual en espacios públicos y privados, por lo que esperan que esta herramienta sea útil para ellas.

“Todas las instancias de la mujer están ‘echadas para delante´, pues recordando que tenemos alerta de género en Durango, esta herramienta ayuda porque estimamos que puede haber en Durango 250 o 300 mil usuarios de transporte público diariamente en la ciudad de Durango.  Son cerca de 60 rutas de transporte público, entonces, cuántos incidentes no se pueden registrar”, detalló el subsecretario de Movilidad.

En definitiva, el acoso sexual afecta de forma profunda a la víctima: incrementa su percepción de inseguridad en el espacio y provoca que esta cambie sus patrones de viaje, su comportamiento en la calle o que genere estrategias diversas para procurarse seguridad, mismas que suelen dificultar aún más su capacidad de movimiento, hasta provocar que se abstenga de hacer viajes.

La falta de atención a los casos de acoso sexual impiden el logro de la igualdad, condonan la violencia sexual y tienen efectos negativos en el desarrollo de las personas, provocando el abandono de actividades esenciales como estudiar o trabajar.

Por: Karla Tinoco

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