Ariana Favela y Carlos Espino, integrantes de la asociación Durango LGBT Rights, mencionó que desde la primera vez que se convocó al Parlamento LGBT en el mes de septiembre, dos días antes se los cancelaron. «Desde ahí todo mal y nos dimos cuenta de que a la comunidad nos ‘harían el feo’ y aunque la diputada Marisol Carillo insistió, también le han dado largas. El congreso es la Casa del Pueblo y nos están cerrando las puertas, cuando ni siquiera vamos al pleno».
«Ahora resulta que el tema no ha pasado a comisiones a pesar de que tenemos luz verde del mismo gobernador. Vemos que el Congreso, a pesar de la presión del gobernador, no es capaz de subir esta iniciativa a favor de la comunidad LGBT. Es un parlamento que se haría en una sala del recinto, no en el pleno”.
Señalaron que no entienden por qué no quieren ni prestarles una sala en un recinto que se supone que es del pueblo.
Carlos subrayó que los diputados deben detener la discriminación que se ejerce con la comunidad. «No queremos tumbar paredes ni nada de esto, solo queremos que como pueblo y como lo harían con cualquier otra persona, nos den acceso. Aquí la diferencia es que nosotros tenemos un tinte de arcoíris y por eso nos dicen que no y nos dan larga».
Finalmente, señalaron que son muy pocos los estados que faltan de la realización de su representación del parlamento LGBTIQ+ y Durango está entre ellos, «lo único que queremos es que se escuche nuestra voz».
Por: Perla Meraz