Durango sufre de sequía extrema este 2023, hay reportes de cosechas perdidas y muerte de ganado, además de presas semivacías, ante este escenario surgió la pregunta: ¿se avecina una crisis de agua para abastecer a la población?
Según el Monitor de Sequía en México (MSM), el cien por ciento del territorio duranguense sufre de déficit hidrológico, es decir, hay una anomalía de lluvia en comparación a su media.
La intensidad de la sequía se divide en categorías:
- Anormalmente Seco (D0): Se trata de una condición de sequedad que puede ocasionar el retraso de la siembra de los cultivos anuales, un limitado crecimiento de los cultivos o pastos y existe el riesgo de incendios.
- Sequía Moderada (D1): Se presentan algunos daños en los cultivos y pastos; existe un alto riesgo de incendios, bajos niveles en ríos, arroyos, embalses, abrevaderos y pozos, se sugiere restricción voluntaria en el uso del agua.
- Sequía Severa (D2): Probables pérdidas en cultivos o pastos, alto riesgo de incendios, es común la escasez de agua, se deben imponer restricciones en el uso del agua.
- Sequía Extrema (D3): Pérdidas mayores en cultivos y pastos, el riesgo de incendios forestales es extremo, se generalizan las restricciones en el uso del agua debido a su escasez.
- Sequía Excepcional (D4): Pérdidas excepcionales y generalizadas de cultivos o pastos, riesgo excepcional de incendios, escasez total de agua en embalses, arroyos y pozos, es probable una situación de emergencia debido a la ausencia de agua.
El más reciente reporte del MSM, al 31 de agosto de 2023, señaló que el único municipio anormalmente seco es Gómez Palacio, mientras que en condición de sequía moderada están Cuencamé, Lerdo, Mapimí, Nazas, Santa Clara, Tlahualilo y Nuevo Ideal.
El mayor número de municipios está en sequía severa: Canelas, Coneto de Comonfort, Simón Bolívar, Guadalupe Victoria, Guanaceví, Hidalgo, Indé, Mezquital, Nombre de Dios, Ocampo, El Oro, Pánuco de Coronado, Peñón Blanco, Poanas, Rodeo, San Bernardo, San Juan de Guadalupe, San Juan del Río, San Luis del Cordero, San Pedro del Gallo, Súchil, Tamazula, Topia y Vicente Guerrero.
Mientras que en sequía extrema están Canatlán, Durango, Otáez, Pueblo Nuevo, San Dimas, Santiago Papasquiaro y Tepehuanes.
Por falta de lluvias, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) reportó que el promedio de llenado de las principales presas de Durango están al 50.5 por ciento de su capacidad, la más vacía es la presa Peña del Águila con el 19.2 por ciento de su volumen, seguido por la Santa Elena (23.4 por ciento; la Francisco Zarco (35.7 por ciento) y la Guadalupe Victoria (40.4 por ciento).
Ante este escenario, se cuestionó a la directora de la Comisión de Agua del Estado de Durango (CAED), Yadira Graciela Narváez Salas, si se avecina una crisis de abastecimiento de agua a la población, en las ciudades y comunidades.
La directora Narváez explicó que las poblaciones de Durango se abastecen de pozos profundos, mantos freáticos que se recargan con las lluvias y en consecuencia, cuando se tienen años de sequía no hay una recuperación y se extrae agua a mayor profundidad.
«Vemos como en las ciudades más grandes como Durango, Gómez Palacio y Lerdo, se tienen pozos desde cien metros hasta 450 metros de profundidad. Si bien es una sobreexplotación, se tienen más años de disponibilidad», detalló la directora del CAED.
Especificó que en el caso de las comunidades rurales no es así, sobre todo en las más pequeñas, donde se abastecen de fuentes cercanas a los ríos o arroyos, entre cuatro a 15 metros de profundidad; en estas regiones, cuando no hay lluvias, se quedan sin agua más rápido.
«Aquí tenemos que estar preparados, estamos monitoreando al medio rural, con una comunicación muy estrecha para que, en cuanto empiecen a sentir que están teniendo menos aportación de fuentes de agua, podamos intervenir buscando manantiales u otro equipo de aprovisionamiento», expresó.
Yadira Narváez dejó claro que si bien -en este momento- hay medidas de tandeo en algunas comunidades, no hay ninguna crisis de abastecimiento de agua para los duranguenses.
Además, se tiene la expectativa -basada en los últimos años- que se presenten fuertes lluvias durante septiembre, octubre y noviembre, esto dependerá de las tormentas tropicales y frentes fríos, condiciones que favorecen las precipitaciones para la recarga de presas y mantos acuíferos.
Por: Antonio Gaytán
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