El campo envejece porque los jóvenes ya no tienen amor por la tierra, opinó el diputado local Carmelo Fernández (PRI), ante el riesgo que empresarios compren extensiones agropecuarias del estado de Durango a bajos precios; ya está pasando.
«Debemos educar a los hijos en el tema agrícola, los jóvenes no ven negocio y se van, se dedican a otra cosa; hace falta reconversión productiva porque antes se sembraba para subsistir, comíamos frijoles y tortillas, hoy no», expresó.
A inicios de este año, el gobernador Esteban Villegas reiteró su visión sobre las oportunidades de negocio en el mundo, y considera que después del boom tecnológico será la agroindustria, la producción de alimentos, la actividad más redituable.
Según datos del INEGI, el campo duranguense tiene un problema de envejecimiento y ausencia de nuevas generaciones que sean el relevo de los actuales campesinos.
Carmelo Fernández explica que, actualmente las familias campesinas están preocupadas en pagar las deudas que dejó un mal año agropecuario, 2023 fue malo por la sequía, y es necesario un programa de financiamiento con tasa cero para volver a empezar.
El siguiente paso es producir lo que pide el mercado, ver que piden los consumidores en Estados Unidos para exportar, que demanda el mercado nacional para vender a otros estados y algo muy importante, organizarse para comercializar localmente de manera directa, una especie de cooperativa para realizar tianguis en ciudades y comunidades.
«He platicado con campesinos de otros estados y podemos intercambiar, mandarles frijol y que ellos nos manden azúcar, hace falta una coordinación entre agricultores mexicanos para que los productos lleguen sin intermediarios, hacer mercados rurales», ejemplificó.
Hablamos de una red campesina a nivel estatal y nacional, una organización sin fines políticos y partidistas para evitar que se contamine con otros intereses.
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Por: Antonio Gaytán