La escasez de agua será una limitante para el ciclo agrícola de invierno 2024 en Durango; el titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural (SAGDR), Jesús López, informó que se analiza que cultivos pudieran desarrollarse y cuáles no, y decidir con qué semilla apoyarán al campesino.
El estado de Durango cuenta con tierras agrícolas de temporal y de riego; en primavera-verano principalmente se siembran granos como maíz, frijol y avena; y en otoño-invierno se siembran forrajes como alfalfa, avena y sorgo; este último tiene mayor demanda en la región lagunera.
Chuy López señaló que, desafortunadamente, las lluvias fueron irregulares este 2024. Iniciaron bien en junio y julio, pero en los siguientes meses se registró un déficit con relación a la media histórica.
Irregularidad que afectó los cultivos del ciclo primavera-verano; hubo plagas y un deficiente desarrollo de las plantas; en consecuencia, no se tendrán las cosechas anheladas.
Para el ciclo agrícola otoño-invierno y la posibilidad que el gobierno estatal apoye con semilla para estimular la producción de forraje, previendo que el sector ganadero tendrá una alta demanda de alimento para sus animales en el periodo de estiaje en 2025; el secretario López Morales informó que se está evaluando la disponibilidad del agua y el número de riegos.
«No podemos activar un programa sin considerar la disponibilidad de agua; ese dato lo aportará la Conagua; con base a esa información se tomarán decisiones», expresó.
En este momento, según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), las 10 principales presas del estado de Durango registran un 39.8 % de llenado, en promedio; de manera individual, las presas más vacías son la Lázaro Cárdenas (33.4 %) y la Francisco Zarco (45.1 %), ambas ubicadas en la región lagunera.
Mientras que las presas cercanas a la ciudad de Durango registran mejores niveles: la Santiago Bayacora (94.4 %); Peña del Águila (91.5 %) y la Guadalupe Victoria (75.6 %); en el municipio de Canatlán está la presa Caboraca (96 %), y en Poanas, la presa Francisco Villa (79.6 %).
Con excepción de la presa Lázaro Cárdenas, las presas de Durango no son muy grandes y la Conagua limita el número de riegos para evitar que se vacíen su totalidad; en este sentido, habrá que esperar con cuanto volumen contarán los productores y decidir qué cultivos y qué extensión se podrá sembrar.
En el caso de las tierras con pozos agrícolas también se reporta una caída en sus niveles; extraer a mayor profundidad es un mayor consumo de energía, haciendo incosteable sembrar.
Un dato alentador es que, gracias a que una parte importante de los recursos del programa de atención a la sequía se orientó a construir presas de mampostería y bordos de abrevadero, en los agostaderos se tiene agua para el ganado y también se tienen pastos; a pesar de la irregularidad de las lluvias se tuvo humedad para el desarrollo de pastos nativos; eso ayudará a los productores.
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Por: Antonio Gaytán
