Por: Silvia Ornelas

A través de un comunicado por feministas universitarias colectivas e independientes, se dio a conocer que la policía llevó a Berenice a casa de sus agresores, Jonathan N. y Carlos N, poniéndola en riesgo.

Este comunicado dirigido a las acciones y omisiones de los órdenes de Gobierno, así como del municipio de Durango, después de los hechos suscitados, donde Berenice estaba dentro del laboratorio de análisis clínicos de la Facultad de Ciencias Químicas, una compañera de ella accionó en tres ocasiones el botón de pánico instalado en las afueras de dicha facultad, sin obtener una respuesta inmediata, fue hasta la tercera ocasión cuando se respondieron.

Ante la desesperación decidieron marcarle a una servidora pública, Alejandra Anderson para pedir ayuda.

Después de la llamada, llegó la policía al lugar de los hechos, su arribo fue rápido, su función fue totalmente errónea y fuera de cualquier protocolo de atención a víctimas, ya que se llevaron sola a Berenice dentro de una patrulla.

Berenice, no se sentía segura al irse sola con los elementos policiacos, se la llevaron, sin proporcionar información.

La víctima compartió su ubicación en tiempo real desde la patrulla, pudieron darle seguimiento ante la negativa de informar a sus compañeras a dónde se la llevaban.

Al estar en comunicación con Berenice, la llevaron a la casa de Jonathan N y Carlos N, sus agresores, y la expusieron frente a los papás de estos sujetos, advirtieron lo que había sucedido, propiciando que se dieran a la fuga.

Berenice pidió que la llevaran al edificio central, ahí se encontraban sus amigas y abogados para otorgar apoyo legal que brindaría la rectoría, pero, la regresaron de nuevo a la facultad de Ciencias Químicas, dejándola a su suerte, ella se tuvo que volver a resguardar en los laboratorios sola.

Indicaron que la policía municipal es cómplice y causante de la fuga de los delincuentes implicados en el caso, además de actuar en su contra exponiéndola a la familia de los agresores en vez de protegerla.

Hacia Gobierno del estado de Durango, mencionaron que hubo interferencias en la investigación, durante la narración de hechos ante el MP, el personal de Fiscalía borró inexplicablemente en tres ocasiones la declaración de Berenice, obligándola a tener que contar lo ocurrido, una y otra vez.

No se le permitió la entrada al abogado de la UJED a la narración de los hechos cuando en cualquier otro caso, la presencia del abogado o asesor jurídico de la víctima puede acompañarle a petición de esta. Es importante recalcar que tampoco el abogado asignado por la Universidad, hizo mucho por entrar, dejando a Berenice sola.

El área de atención psicológica, revictimizó brutalmente a la joven afectada.

En la fiscalía decidieron poner la denuncia por el delito de amenazas, en lugar de calificarlo como intento de feminicidio, argumentando que tenía que ser así porque el agresor no había disparado el arma.

La licenciada Julieta Hernández Camargo, llegó a la declaración, permitiéndoles la entrada tanto al abogado de la UJED como a ella, se hizo cambio de MP para tomar de nueva cuenta la declaración de la revictimizada denunciante.

Personal de la CEDH, llegó también, así se solicitó por parte de la red de apoyo para Berenice, ante tantos actos reiterados de violencia contra la víctima.

En este comunicado se expresó la justificación del enojo de las manifestantes, tras los hechos ocurridos el pasado sábado, donde atentaron contra universidades pertenecientes a la UJED y algunas oficinas públicas.

• «Tantos agresores en la universidad, tantos nombres de catedráticos escudados en su supuesto renombre, que son acosadores y violadores, cuyos casos son ampliamente conocidos, pero prefieren encubrirlos y solaparlos porque saben que, si cae uno, empezarán a caer todos», puntualizaron.
• «De esa violencia estructural, cómplice, indolente y feminicida viene nuestro enojo y nuestra digna rabia, tienes demasiado trabajo UJED».

Hacia los medios de comunicación, agradecieron por cubrir la marcha universitaria, y por entender y acompañar la lucha de alumnas de la UJED, aclararon que su intención jamás fue obstaculizar su trabajo, solo solicitaron de manera constante no grabar los actos de iconoclasia, pues se ponían en papel de vulnerabilidad y propiciar que se criminalizara la protesta.

• «Si estábamos enojadas y seguimos enojadas, pero en nuestra marcha no hubo heridos, no hubo violencia contra las personas, no se golpeó a nadie y salvo por la espuma que se arrojó al reportero que, aun habiendo pedido que no asistieran hombres a la protesta, se empecinó en acudir e intentó grabar a las compañeras para criminalizarlas, fue una marcha pacífica, sin violencia. No hay vidrios y paredes que reparen todo el daño que nos han hecho. Si mañana es otra hija, otra hermana, otra madre, otra maestra, alumna, trabajadora, reportera, profesionista o cualquier mujer o niña la que es violentada, violada, abusada herida o asesinada sin respuesta, volveremos a responder, fuimos todas», finalizaron.

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