El derecho a la vivienda está plasmado en la Ley, sin embargo, no todos pueden tener una casa con todas las condiciones para una buena calidad de vida.

Los municipios con mayor pobreza patrimonial, de acuerdo con el Instituto de Evaluación de Políticas Públicas (Inevap), son: Mezquital, Otáez y Topia.

En el primero, 69.3 por ciento no tenía alcantarillado; 53.3 carecía de agua; 52.5 no tenía sistema sanitario y solo el 55.1 contaba con energía eléctrica. Esto en el año 2015, de acuerdo con Data México.

En Otáez, hace seis años, 32 por ciento de su población, no tenía sistema de alcantarillado; 8.3 por ciento estaba sin agua, 23.4 por ciento sin sanitarios y un 10, carecía de electricidad.

Por su parte Topia, en 2015 el 25.9 % de los habitantes no tenía alcantarillado, 1.75% agua, 23.7% sanitarios y 5.28% energía eléctrica.

Estas tres demarcaciones son las que presentan el mayor problema en cuanto a vivienda, precisó Juan Gamboa presidente de Inevap.

En los últimos años han evaluado 19 municipios, en los que se concentra la mayor cantidad de habitantes.

«Cierto que estos 19 municipios son la mitad del estado pero representan cerca del 90 por ciento de la población», refirió Juan Gamboa.

La situación más grave en cuestión de vivienda

De estas localidades, la que presenta la situación más alarmante es Mezquital.

El presidente de Inevap, puntualizó que en la última medición casi el 71.6 por ciento de la población no tenía una vivienda adecuada, es decir, no tenían piso firme, muros y techos adecuados; además el 83 por ciento carecía de servicios básicos: agua potable, luz y drenaje, precisó.

En 2017, la Secretaría de Bienestar, antes Sedesoe, confirmó que Mezquital, era el segundo municipio más pobre del país y que la esperanza de vida es de poco más de 60 años.

El Instituto de Evaluación de Políticas Públicas llevó a cabo evaluaciones en 2015, según informó el Presidente, en dicho año estableció que en general 14 por ciento de los duranguenses estaba en pobreza patrimonial.

Pero Juan Gamboa admitió que las cifras pudieron incrementar con la pandemia; «ahorita desconocemos, si hemos buscado pero no tenemos datos a la mano», indicó.

Hacinamiento en todos lados

Las condiciones precarias de vivienda incluyen el tamaño de estas y el número de integrantes de una familia, por esto el hacinamiento es una de las condiciones que también preocupa y que incluso se presenta en la capital del estado.

José Flores, director del Instituto Municipal de Vivienda (Inmuvi), apuntó que han identificado siete mil 500 familias que tienen algún problema en materia de calidad y espacios de vivienda.

De estas, cuatro mil 500 familias padecen hacinamiento, el indicador de pobreza más alto.

El segundo indicador de pobreza más recurrente en la capital, es la edificación de las casas con materiales endebles y la falta de pisos y techos adecuados, en este municipio hay tres mil 200 casas en estas condiciones.

Desalentador panorama.

Según la información oficial, hasta el 2015 se había logrado reducir un 4.8 por ciento la cantidad de familias en rezago de vivienda en Durango, pero a decir de Juan Gamboa debido a la pandemia, «lo más probable es que vuelva a caer a más de un 10 por ciento, de los municipios el más preocupante es el Mezquital».

El efecto de tal situación podría recaer en la salud de las personas, especialmente mientras no haya control de la pandemia por Coronavirus, por lo que Juan Gamboa advirtió que por ejemplo, «cuando hay no piso firme los niños enferman, más ahorita que está el COVID-19 eso también es una desventaja».

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