Por: Antonio Gaytán
México necesita de una reserva estratégica de alimentos, plantea el director ejecutivo de la Asociación Mexicana de Secretarios de Desarrollo Agropecuario (AMSDA), Octavio Jurado.
«Tenemos que cuidar, de manera extrema, que el precio de los alimentos, aquellos que forman parte de la canasta básica, sigan subiendo», mencionó.
Destacó que dos factores han provocado una ola inflacionaria: cambio climático y guerra en Ucrania; elementos que se han alineado y generan incertidumbre en el mercado a nivel internacional.
- La inflación alimentaria es un fenómeno mundial, sin embargo, hay países donde este aumento de precios se acentúa de manera más preocupante.
- Según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), en lo que va del 2022 se ha registrado en México una inflación anual del 11.9 por ciento en los alimentos.
- México ocupa el quinto lugar, entre los países socios de la OCDE, con el mayor encarecimiento alimentario; superado por Turquía, Argentina, Colombia y Rusia.
El maestro Octavio Jurado, mencionó que Rusia y Ucrania, representan más-menos el 30 por ciento de las exportaciones globales de alimentos, principalmente trigo y maíz.
Y debido a la guerra, Rusia anunció que no venderá trigo al mundo, lo conservará para sí, al menos hasta el mes de agosto, y en Ucrania, no se sabe si sembrará maíz o no.
Guerra que genera incertidumbre y algunos países, sobre todo en Europa, quieren establecer una reserva estratégica de alimentos que son sensibles en cada país, con el objetivo de tener cierto nivel de seguridad alimentaria.
En el caso del cambio climático, sobre todo en Sudamérica, como es el caso de Brasil donde hay condiciones de sequía, que va desde moderada hasta excepcional.
La Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) hizo un análisis de las condiciones de suelo y disponibilidad de agua; para impulsar un nuevo patrón de cultivos.
«Además, vemos que Estados Unidos sufre de una sequía endémica, país con quien tenemos un tratado comercial e influye en la disponibilidad, así como en el precio, de los alimentos», refirió Octavio Jurado.
Mientras tanto, en México ya no podemos decir: “este año no llovió pero nos lloverá el que viene”, porque, basados en el antecedente histórico, tenemos una caída en las precipitaciones.
Es un cambio de patrones climatológicos que se deben evaluar porque, en el país prácticamente, el 95 por ciento de las tierras son temporaleras.
Por lo tanto, no hay condiciones para mantener el mismo rumbo de cultivos; la caída en la productividad por la ausencia de agua no lleva a una inflación de alimentos.
Ante este escenario de incertidumbre, en días pasados, el presidente Andrés Manuel López Obrador adelantó que, en el caso de un impacto negativo en la productividad agrícola, «México abriría sus fronteras, de tal manera de desgravarnos ante el mundo».
Es decir, importar alimentos de donde sea para garantizar y evitar un mayor encarecimiento de los productos que comen los mexicanos.
AMSDA trabaja en un proyecto para que México tenga una reserva estratégica de alimentos, como maíz, trigo, frijol y arroz. Se cuenta con las dependencias para hacerlo.
Las dependencias son Diconsa y Segalmex, debe dárseles atribuciones y recursos para la compra de cosechas por encima del precio comercial para almacenar y contar con una reserva alimentaria.
“México tiene con los instrumentos para hacerlo, es una decisión de carácter eminentemente político pero me adelanto a que, estamos en un cambio estructural del tema climático; los temporales ya no son lo que eran”, finalizó.
- Entrevista realizada en el programa Aquí hay Campo de Canal 15.
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