Por: Manuel Díaz 

“No agacharnos, ya no más”, declaró el militante de Morena Iván Ramírez, que externó su rechazo a la imposición de un delegado externo o un enlace para que dirija los destinos locales del partido, bajo el argumento de que en Durango no saben ponerse de acuerdo.

Primero que se pongan de acuerdo en el CEN del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), y luego prediquen con el ejemplo. Pero la situación más grave consiste en que el enviado viene a construir la ruta para entregar el partido a quienes «nunca se la han partido por este proyecto”, quienes recibieron todo sin esfuerzo alguno debido a una coyuntura política.

Se está seguro que el sentir que se tiene no es solitario, porque existen cientos de compañeros olvidados, pisoteados, minimizados y utilizados en cada uno de los municipios y en cada proceso electoral.

Es cierto que Morena es un partido político nacional, pero en Durango no vive Ramírez Cuellar ni Yeidckol Polevnsky, ni Mario Delgado, tampoco Bertha Luján, ni Alejandro Rojas y no vive un Marcelo Ebrard y ni Ricardo Monreal. Así que se debe dejar de mirar al centro en espera de una señal para hacer algo por nuestro estado.

Morena debe recuperarse para ser un movimiento incluyente pero donde prevalezca la meritocracia y que en las próximas elecciones se tengan candidatos con verdadera trayectoria y formación morenistas y no personajes que se disfrazan del partido pensando que pueden engañar a una ciudadanía.

Los principios de Morena deben ser “no robar, no mentir, no traicionar y no agacharnos ya no más”, finalizó.

AMLO está en contra y califica como “no correcta” la propuesta de Morena