Por: Brenda Maurer
«La suspensión de las clases presenciales ha tenido un fuerte impacto en las actividades comerciales, provocando que las ventas caigan de manera importante. A esto hay que sumarle que los pequeños comerciantes se enfrentan al hostigamiento de las autoridades por el semáforo amarillo, mientras que a los grandes comercios no los tocan», acusó Rolando Álvarez Peña, dirigente de la Federación de Trabajadores Independientes (FTI).
Expuso que con la exigencia de que se cumplan las medidas sanitaria a las que obliga el semáforo amarillo, las autoridades incurren en el acoso a los pequeños comerciantes y tianguistas, mientras que a los grandes almacenes o tiendas de conveniencia ni los molestan.
“Ahí es a donde quisiéramos verlos haciendo guardias y el conteo de personas que ingresan; sin embargo, no hacen nada. Queda claro que ahí existen otros intereses, como los económicos”, explicó.
Apuntó que todos deben colaborar para salir adelante de esta crisis de salud y económica, «por eso insistimos en que, si cuidamos al pequeño comerciante, nos va bien a todos. Además, si el comerciante pequeño no vende, no tiene dinero para que su familia coma y eso genera otros problemas».
Señaló que las autoridades ya no pueden estar tomando decisiones desde el escritorio, en el sentido de a quiénes permitirles que trabajen y a quiénes no, porque, con ello, afectan a las familias que tienen un empleo.
Finalmente, Álvarez Peña reveló que las organizaciones de comerciantes se están reuniendo con el presidente de la Comisión de Actividades, Ernesto Ríos Contreras, para establecer alguna estrategia que beneficie a los comerciantes y que permita contribuir al disminución de contagios COVID-19.