Seguro ha escuchado ese lugar común que dice «este proceso electoral es el más grande de la historia», y es verdad. Sin embargo, esto no es garantía de una alta participación ciudadana, lo cual también es un comportamiento histórico.
De acuerdo con datos del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC), en Durango se ha registrado un abstencionismo de hasta 54.92 por ciento.
Mientras que a nivel nacional, en una elección intermedia como ésta, se ha registrado una participación de poco más de 40 por ciento.
¿Qué sucede con los ciudadanos? es la pregunta cuya respuesta parece ser algo obvia, afirma la socióloga Alicia Gómez Beltrán.
Menciona que, este nivel de abstencionismo obedece a la decepción de los votantes, por el desempeño de los políticos y los militantes de los partidos.
Las cifras oficiales, documentadas por el IEPC muestran el desinterés de las personas en salir a votar. O bien como lo señaló podría ser una especie de venganza hacia los partidos políticos y los políticos.
La última elección registrada en el estado ocurrió en 2019, cuando se eligió a presidentes municipales, bien, a pesar de que la autoridad municipal es el ente más cercano a los ciudadanos o la de primer contacto, en dicho proceso se presentó un abstencionismo de 54.92 por ciento. Lo que indica que solo votó el 45.08 por ciento de los ciudadanos.
Pero el abstencionismo ha sido una de las principales características en todas las elecciones. En 2018, en el proceso para diputaciones se presentó un 44.25 por ciento, igual en 2016, en la elección a gobernador, diputados y presidentes municipales, 43.38 por ciento de los votantes no participaron.
Destaca que poco a poco los ciudadanos han perdido la confianza en los partidos políticos y en sus militantes, por delitos como la corrupción. Así como aspectos relacionados con los perfiles que proponen para diputados locales o federales, los cuales carecen de conocimiento sobre el servicio público.
«Se vulgariza demasiado la política lanzando candidatos enmascarados, o gente misógina que tienen antecedentes incluso de denuncias, o que son actores y no tienen ni idea de que es el quehacer público», dijo.
En este contexto se puede mencionar las diversas formas de hacer campaña de los candidatos, entre los que se ha puesto de moda las coreografías, acompañados de botargas, o spots con palabras antisonantes, o las peleas entre militantes de diversos partidos, en la vía pública.
Aunque a decir del sociólogo Sergio Luis Hernández, no solo los políticos, los partidos y los funcionarios públicos han desencantado a los ciudadanos, advirtió que en general no hay una participación ciudadana, no solo en el tema electoral.
«Debemos seguir promoviendo muchísimo y discutiendo que formas de organización y de participación ciudadana se pueden dar incluso al margen del proceso electoral», opinó.
«A mi me preocupa mucho porque pareciera que no tienen opciones, no les hemos dado opciones de participación», comentó. Este comportamiento indicó se debe al desencanto no solo hacia los partidos políticos, sino a todas las instituciones, incluida la religión.
Pero la democracia y sus elecciones resultan caras, aunque vote menos de la mitad del padrón electoral. La socióloga Alicia Gómez Beltrán destacó que «es demasiado cara y desgraciadamente todo esto también es fomentado desde el estado».
Las legislaciones, destacaron «justifican el presupuesto asignado a los partidos y mientras recortamos en otros lados».
De acuerdo con el INE, para estas elecciones se destinarán siete mil 159 millones 491 mil 569 pesos para la decena de partidos registrados en todo el país.
De estos millones mil 575 son para gastos de campaña. Para darse una idea del costo basta referir el tope de gastos de campaña autorizado por el IEPC en Durango capital, este es de 18 millones 303 mil 143 pesos, lo que equivale a cuatro millones 575 mil 785.55 pesos por mes.
La pregunta es si este presupuesto podrá lograr que las personas salgan a votar, ese es el reto de este proceso electoral, como lo ha sido en los otros.