Prefieren la droga que a sus hijos; actualmente hay 121 niños y niñas en Casa Hogar y 36 jovencitas adolescentes en Centro Mi Casa, protegidos por el DIF Estatal de Durango.
Menores de edad que fueron rescatados por la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, de hogares donde sufrían abuso, violencia y omisión de cuidados.
En la mayoría de los casos, los padres son consumidores de droga, principalmente marihuana y metanfetaminas (cristal), esta última sustancia los vuelve muy agresivos.
La procuradora Cecilia Rodríguez Franco aseguró que al recibir un reporte de consumo de drogas se retira de inmediato a los hijos, incluso se tienen bebés recién nacidos, cuyas madres estaban drogadas cuando dieron a luz.
Son bebés reportados por hospitales o paramédicos de cuerpos de emergencia (Cruz Roja o Protección Civil) que atienden -de emergencia- alumbramientos en casas.
“Resguardar a un niño es la última medida y es cuando tenemos a padres toxicómanos que representan un peligro para ellos, tendiendo la comprobación de una vulneración nos los llevamos de inmediato a Casa Hogar o al Centro Mi Casa”, apuntó.
Cuando se retira a un niño, lo primero es buscar un familiar cercano, así lo marca la Ley, pero no siempre estas personas siguen con el plan de apoyo y vuelven a exponerlos, cuando hay reincidencia se toman acciones definitivas.
La procuradora hace un llamado a la sociedad a denunciar cualquier indicio de un niño que está siendo violentado, solo en junio se recibieron 89 reportes, todos se atendieron.
Este año se han rescatado 16 niñas y niños; en total se tienen 121 menores en Casa Hogar y 36 niñas en Centro Mi Casa; cuyas edades van desde recién nacidos hasta los 17 años.
Los padres de familia tienen la oportunidad de reformarse, de tratar sus adicciones y recuperar a sus hijos, tristemente, la procuradora estima que el 95 por ciento no lo hace y los abandonan en Casa Hogar y Centro Mi Casa; cuando esto sucede, el DIF Estatal que encabeza Marisol Rosso busca padres adoptivos porque son niños y niñas que tienen derecho a crecer en una familia, en un hogar donde les den amor y protección.
Por: Antonio Gaytán
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