Las quemas agrícolas dañan la fertilidad de las tierras, señaló el diputado local Carmelo Fernández (PRI), para evitar estas prácticas se analiza presentar una iniciativa de ley en el Congreso del estado de Durango para castigar a quienes las realicen.
Quemar residuos de cosechas modifica las propiedades físicas del suelo, pierde capacidad de retención de agua y perdida de nutrientes, como fósforo, potasio y nitrógeno; en consecuencia, los campesinos aplican más fertilizantes químicos.
Otro de los daños graves es la muerte de microorganismos e insectos benéficos; también está la contaminación del aire y la propagación de incendios forestales.
Los campesinos queman los esquilmos para tener listas sus tierras para una segunda cosecha, es una mala práctica que no se ha podido erradicar a pesar de años de intensas campañas donde se informa de los beneficios de incorporar la materia orgánica al suelo.
Este tema será analizado en la Comisión de Agricultura para impulsar políticas públicas que incentiven la introducción de maquinaria para «labranza cero» y castigar a quienes quemen la materia orgánica, el objetivo es detener la degradación de las tierras agrícolas.
«Haz de cuenta que le pones un soplete a la tierra y la haces dura, matas lo poquito de materia orgánica y los bichos buenos, estamos haciendo las cosas al revés cuando hoy la preocupación es el agua; vayamos a la labranza cero y al pileteo para aprovechar el agua», opinó.
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Por: Antonio Gaytán