Sequía amenaza millones de pinos en la sierra de Durango, alertó el líder de los silvicultores, Raúl Barraza Armstrong; por la falta de lluvias se incrementan las plagas como el escarabajo descortezador, entre otros insectos, y mueren árboles por estrés hídrico.
A inicios de semana, la secretaria de Recursos Naturales y Medio Ambiente (SRNMA), Claudia Hernández, convocó al Comité Técnico de Protección y Conservación Forestal, donde se abordó la sequía como una amenaza significativa para la salud del bosque.
Reunión donde se informó que los insectos descortezadores han incrementado su presencia significativamente en ejidos de los municipios de Durango y Pueblo Nuevo.
Los descortezadores son pequeños escarabajos que viven debajo de la corteza de coníferas y se alimentan del tejido que conduce los nutrientes al árbol, provocando su muerte.
También se reportan áreas afectadas de insectos defoliadores y plantas parasitas.
Ante este escenario, se tomó el acuerdo de diseñar un programa de vuelos para determinar de manera precisa que superficie está afectada y tomar medidas extraordinarias, con el objetivo de evitar las graves consecuencias que arrojó la sequía del 2011.
Raúl Barraza recordó que, en aquella sequía, la plaga de descortezadores se salió de control y fue necesario, talar y quemar, millones de pinos de la sierra de Durango.
Esa dura experiencia permite actuar de manera anticipada e implementar acciones, lo primero es solicitar una Declaratoria de Emergencia para que el Gobierno de la República modifique el programa de aprovechamiento forestal y permita a los silvicultores, previo análisis de los árboles, eliminar aquellos plagados y/o secos por falta de agua.
Con el apoyo de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) se cuenta con 12 Brigadas de Saneamiento Forestal distribuidas en la zona serrana, cuya función es detectar y combatir plagas; estos equipos puede conjuntamente con la SRNMA emitir estos análisis.
De no tomar medidas urgentes, se corre riesgo que la plaga siga avanzando y veamos «manchones cafés» de árboles muertos cada vez más grandes, pinos secos que serán combustible de incendios forestales; ya sucedió en el pasado.
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Por: Antonio Gaytán
