En cada comedor comunitario inaugurado por Toño Ochoa, jefas de familia reconocen que ya no se preocupan por qué van a comer sus hijos e hijas, como antes, debido a la falta de recursos para comprar alimentos.
“Nuestros niños ya no pasan hambre”, afirmaron papás del PIL; en la Isabel Almanza María Bustillos, comentaron que “siempre habíamos deseado que alguien nos diera esta ayuda”.
El programa Nutriendo Almas, se aplica solo en asentamientos con alto nivel de marginación, explicó la directora del DIF Municipal, Isabel Ontiveros Soto.
Cada comedor cuenta con una lista de beneficiarios distinta, depende de la demanda que exista, sin embargo, se cumple la indicación de Toño Ochoa: ayudar a quienes realmente no tienen posibilidades de cubrir esta necesidad básica, concluyó.
Por: Richard Ibarra