«El arte de envejecer es el arte de conservar alguna esperanza», esta frase del novelista André Maurois se lee en uno de los muros de Ciudad del Anciano.
Ahí 48 adultos mayores duranguenses viven su senectud, pero de ellos 10 fueron rescatados de problemas como abandono y violencia.
El lugar, rodeado de jardines y espacios relajantes, por ejemplo un área verde donde del agua que cae de una fuente ameniza la tarde. Además de un área llamada Intermedios.
Es en donde viven algunas de las 10 personas de la tercera edad cuya historia no se parece a la del resto, es decir a los que llegaron por decisión propia y pudieron pagar su estancia, o aquellos que sus familiares llevaron y ayudan a saldar la mensualidad en la estancia.
«Ellos son nuestros abuelitos más vulnerables, son quienes requieren cuidados más específicos, porque ellos ya no realizan muchas actividades de su vida diaria de forma independiente», explica Nidia Avitia, coordinadora del área médica.
Sobre los casos que muestran la violencia que sufre este sector vulnerable, en Ciudad del Anciano recuerdan uno que se hizo público en 2019.
Martha Güereca, directora de la estancia, dice que hace dos años fue el último ingreso por abandono. Admite que el tipo de violencia que sufren los adultos mayores es «abandono y malos tratos por parte de los familiares».
La encargada del área médica informó que la víctima fue un hombre que sigue en resguardo del DIF. «Él está aquí con nosotros, fue ingresado del Hospital 450 y ya quedó a cargo de Ciudad del Anciano», comentó.
Debido a esto, algunos presentan daños psicológicos e incluso enfermedades como la depresión. La encargada del centro afirmó que «algunos tienen depresiones poquito fuerte, pero las vamos sacando porque su terapia es por semana con la psicóloga».
En Ciudad del Anciano también hay actividades de recreación y actividad física para contrarrestar los efectos de la edad, pero sobre todo del abandono que en ocasiones se presenta al envejecer.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) alertó que la pandemia agudizó la violencia intrafamiliar en el mundo, son las mujeres, niñas y niños los más vulnerables; sin embargo, los adultos mayores también sufren violencia de sus cuidadores, aunque algunos pueden ser sus familiares.
En el área de Intermedios se encuentran Rosalío y Paulita, de 90 y 94 años, son de la población que no recibe a ningún familiar y que fueron rescatados de condiciones que los vulneraban más.
«Ellos ya tienen patologías que no permiten que se comuniquen con nosotros, lo hacen de otras maneras», indicó la encargada del área médica.
Llevan más de 10 años en Ciudad del Anciano, por lo que son huéspedes muy conocidos. «Paulita tiene una personalidad muy linda es muy platicadora a su modo, y a Rosalío también le gusta mucho convivir con la gente», narró la doctora.
Recientemente Ciudad del Anciano no ha recibido a alguna víctima, pero cabe aclarar que esto no significa que no se registren casos, no hay que olvidar que por lo general estos hechos no se denuncian.
Como Rosalío y Paulita, hay otras personas que llevan más de una década en este lugar, por ejemplo María del Pilar Castillo, quien tiene 70 años de edad.
«Llegué a través que se murió mi mamá, porque nada más quedábamos en la casa mi mamá y yo», platica sentada en su silla de ruedas.
Sin embargo, Pili como le dicen, pertenece al grupo de los adultos mayores que tienen sus propios recursos para pagar su estancia, además es independiente para diversas actividades.
Ella misma admite «yo no soy becada, desde el primer día que llegué, yo aquí pago, bueno paga mi familia».
Asegura que se siente bien en este lugar a donde llegó por decisión, no la obligaron problemas como el abandono, contrario a otros habitantes del lugar, uno de ellos es don Vicente, quien fue rescatado en 2019 luego que lo abandonaron en el Hospital General 450. Con él no pudimos hablar, ya que dormía una siesta.