Por: Brenda Maurer
«Profesores de la Facultad de Medicina, cardiólogos, hematólogos y ginecólogos ya se están dando a la tarea de investigar qué daños a la salud dejará el uso prolongado del cubrebocas. Todos sabemos que lo que expiramos está contaminado, porque, al final, es desecho del cuerpo, como la orina o las heces», explicó la doctora Martha Palencia Núñez.
Ante este panorama, señaló que debe analizarse en dónde ya se puede estar sin cubrebocas y en dónde sigue siendo necesario: “Debemos de tener criterio, porque hay lugares muy cerrados en los que el uso de esta herramienta de protección no se puede evitar, pero en los lugares abiertos hay que respirar”.
Añadió que, actualmente, el estado de Durango se encuentra en un semáforo epidemiológico de tránsito abierto: «Afortunadamente, la entidad se mantiene con niveles muy bajos de contagios de COVID-19 y es importante que sigamos así y, sobre todo, aprovechemos estas condiciones para respirar».
Palencia Núñez añadió que, en su opinión, ya es posible y hasta necesario omitir el cubrebocas en espacios abiertos, en los cuales corre el aire: “Obviamente debemos ser responsables y entender que en un lugar cerrado y en donde hay mucha gente sí debemos usar la mascarilla como una medida de autocuidado”, finalizó.