Cuídense de taxista, alertó uno de los usuarios, al que le dio algo de beber y le causó serios problemas de salud.

Quien sugiere cuídense de un taxista, es un ciudadano que sufrió una especie de envenenamiento o intoxicación que lo mantiene delicado de salud.

El relato realizado por el agraviado a sus familiares y compartido por ellos a este medio, es el siguiente:

El viernes de la semana pasada, aproximadamente a las 17:30 horas, el señor de 57 años esperaba el autobús para que lo llevara al fraccionamiento Domingo Arrieta.

Albañil de oficio, el hombre estaba en la plazuela Baca Ortiz, cuando se paró un taxi color verde con blanco y el conductor le habló y le pidió que se subiera.

El varón le respondió que esperaba el autobús urbano porque solo traía diez pesos para pagar su pasaje, y el trabajador del volante le dijo que no importaba, que por esa cantidad de dinero lo llevaba.

La actitud del chofer se le hizo sospechosa al albañil, pero después de tanto ruego aceptó subirse al vehículo de transporte público.

Al emprender la marcha, transitaron unas cuadras y el taxista no dejaba de platicar, al llegar a una tienda hizo alto y le pidió cinco pesos al empleado de la construcción, según él, para comprar un cigarro.

Mientras que el chofer entró al comercio, el pasajero buscó con la mirada y se dio cuenta que no traía el acostumbrado tarjetón de identificación, lo que le dio desconfianza.

En esos momentos pensó bajarse del taxi, solo que se detuvo al ver salir de la tienda al conductor, quien no llevaba un cigarro, sino una bebida refrescante y un vaso desechable.

Le sirve la bebida con sustancia

Al subir el taxista, al que lo describen como prieto, gordo, chaparro y feo, vació parte de la bebida en el vaso y se lo ofreció al pasajero, al tiempo que le decía «vamos a tomarnos esta bebida».

Aunque le dio temor, por educación aceptó el vaso, hizo como que le bebió, el anfitrión le pidió que se lo tomara todo, en tanto avanzaban para el fraccionamiento Domingo Arrieta.

Aunque durante el trayecto el taxista le pedía que bebiera más, el pasajero simulaba hacerlo y antes de que llegaran a la casa, el chofer lo invitó en repetidas ocasiones a que lo acompañara a desponchar una llanta.

Él le dijo que no podía, por fin al bajarse y retirarse el taxi, antes de abrir la puerta de la casa, el albañil consumió el contenido del vaso, entró a la vivienda, salió a la tienda para comprar tortillas y al regresar,  se desplomó.

Sus familiares lo auxiliaron, lo trasladaron a recibir atención médica, lo canalizaron y los doctores manifestaron que algo bebió que le provocó un infarto.

El trabajador de la mezcla y del ladrillo permaneció dos horas inconsciente, luego volvió en sí, pero desde entonces anda mareado, perdió la noción del tiempo y quedó confundido.

Tanto él como su familia, están seguros de que el taxista le puso algo a la bebida que le invitó, tal vez para robarlo o hacerle otra cosa, por lo que pidieron a este medio que se hiciera la denuncia pública.

Lo hacen para que la gente se ponga alerta

Los afectados saben que no tienen la información suficiente para presentar una denuncia contra el responsable, por eso prefieren que se haga público el caso, para que las personas tomen sus precauciones al abordar un taxi.

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