Por: Pilar Aguilar

Un vuelco que ya era esperado dio el caso de las dos jovencitas tamazulenses que la madrugada del lunes perdieron la vida al ser abatidas a balazos por elementos de la Policía Estatal (PE) en suelo sinaloense. Y es que aunque sus superiores les creyeron el cuento de que dispararon contra ellas al repeler una agresión, la gente que las conocía jamás le dieron crédito a esa versión, más bien, a esa vil mentira. Y es que resulta que Ana Carlonia Aispuro Astorga y Andrea Candelaria Aispuro Avitia, eran integrantes de muy conocida  y honorable familia, al igual que Dulce y Julio César, los otros dos jóvenes que viajaban en el mismo auto sobre la carretera de Culiacán a Tamazula. Pero aparte de que familiares, amigos y conocidos de los cuatro muchachos están seguros de que eso de que atacaron a los agentes jamás pudo suceder, la fiscal General de Durango Ruth Medina Alemán, por ser las víctimas originarias de la entidad duranguense, se interesó en el caso y se comunicó con su homólogo de Sinaloa, Juan José Ríos Estavillo, para solicitar información y ofrecerse a intervenir en las investigaciones, esto para tranquilidad de los familiares de las hoy occisas. De entrada, Medina Alemán ya declaró que los boletines o informes emitidos por la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), cuyo titular es Eduardo Cristóbal Castañeda Camarillo, institución a la que pertenecen los posibles agresores, están muy confusos. También manifestó que de acuerdo a la información que ha logrado obtener, en ningún momento las jovencitas y sus acompañantes hicieron disparos contra los oficiales, pero no solo eso, dijo que posiblemente se trató de un abuso de autoridad o exceso en la fuerza de parte de sus probables agresores. Bueno, pues con la presión que esta funcionaria está haciendo en este caso, seguramente que muy pronto saldrá a relucir la verdad y en opiniones que se escuchan, muchos creen que se trató de una confusión, o bien, que los agentes sinaloenses vieron «moros con tranchete», porque según cuentan, el sitio donde ocurrieron los hechos está cerca de un restaurante conocido como «El Templete», en las proximidades de la presa Sanalona y tal vez les marcaron el alto a los muchachos, estos no los vieron, ya que era de madrugada y entonces les dispararon, para acabar así con la vida de las dos inocentes. Lo peor es que hasta el momento, las autoridades no han mostrado alguna patrulla con perforaciones de bala o las armas con las que supuestamente los agredieron. Lo cierto es que esta tragedia mantiene muy indignados, no solamente a los familiares de las jovencitas, sino a mucha gente de Tamazula, Culiacán, otras partes del país y el extranjero que las conocieron y saben perfectamente que las cosas no ocurrieron como oficialmente se han dado a conocer. La fiscal Medina Alemán también manifestó su confianza en que este caso se aclare, y es lo más conveniente, ojalá y las autoridades de Sinaloa no se vayan amachar con que los elementos solo se defendieron, porque eso molestará más a familiares, amigos y a toda la sociedad. Si los agentes se excedieron, deben ser detenidos y puestos a disposición de la autoridad competente, para que se deslinden responsabilidades… Por otro lado, el tema de las irrisorias condenas que los jueces le aplican a los violadores siguen causando sorpresa, y por supuesto, enojo no solamente de las víctimas de este delito, sino entre la población completa, ante lo que alguien debe hacer lo conducente para que estas se eleven, no solamente en cuanto al encarcelamiento, sino también a las multas y reparación del daño. Aparte de los casos de “violines” que en este mismo espacio comentamos en la edición anterior, tenemos uno nuevo, el de Ramón Reyes Orozco, quien el día 3 de julio de 2017, allá en El Mezquital, Durango, ultrajó a una pequeña de apenas siete años de edad y al que el 10 de diciembre del año anterior, el Juez de Control lo sentenció. Este sujeto, por haberle arruinado la vida para siempre a esa pequeña, permanecerá privado de su libertad solamente seis años y ocho meses, pagará una multa por 36 mil pesos y solamente tres mil 600 pesos por reparación del daño. ¿Qué les parece?, ¿verdad que es tiempo que se haga una reforma a la Ley para que las penas a los violadores sean más severas?… Si Dios quiere nos leemos nuevamente mañana y no se les olvide que yo les deseo el doble de lo que ustedes me desean a mí.