Por: Emmanuel Salazar

Durante el presente año, el Instituto Duranguense de Acceso a la Información Pública habrá de ejercer cerca de 30 millones de pesos, de los cuales una buena cantidad se habrá de ejercer en su nómina, en donde los comisionados tienen los sueldos más altos.

Pese a que cada consejero percibe 87 mil 309 pesos brutos, esto es 65 mil 166 pesos netos mensualmente, en la convocatoria para designar comisionado solo se apuntaron seis personas, luego de que en octubre pasado se inscribieron hasta 26 personas.

¿Qué ocurrió para que de pronto los aspirantes hayan dejado de intentar ser electos comisionados? De acuerdo al diputado Enrique Benítez, la sociedad no confía en que se tenga una elección que tome en cuenta en realidad los perfiles y se trata más bien de una negociación política la designación de tales comisionados.

No esté muy lejos el diputado Benítez de interpretar lo que se percibe en buena parte de la sociedad y los interesados en ese tipo de organismos, a grado tal que desde ya se asegura que ya se sabe quién será nuevo comisionado.

Ante esa circunstancia, se requiere afinar lo más posible la elección de comisionado y lograr votar un perfile que realmente sea un personaje involucrado en el tema de transparencia, y de preferencia que no venga tanto de la esfera gubernamental.

Quienes tengan interés podrán presentar su documentación hasta el próximo viernes, y ojalá sean varios quienes presenten su interés tal y como ocurrió en octubre pasado, pues, de lo contrario, se considerará que persiste la falta de confianza en esos procedimientos del Poder Legislativo.

Ahora bien, de los seis que se inscribieron hasta antes de la ampliación de la convocatoria, uno quedó eliminado a instancias del diputado Londres Botello, ya que dicho aspirante se desempeña actualmente como comisionado, y en el Instituto no se vale la reelección.

Y un dato más, de los cinco que quedaron se encuentra, Cristian Montenegro Chaidez, quien en 2017 dejó de laborar en el Instituto, en un caso en el que hubo algunas diferencias entre quienes eran en esos momentos comisionados, por lo que se le hizo firmar compromisos para no divulgar cuestiones laborales, y ahora aspira a regresar al Instituto como comisionado.

Necesariamente se requiere mayor pulcritud al momento de elegir al nuevo comisionado, pues el proceso de octubre desgasto mucho ese ejercicio, justo porque quien fue electo no convenció a la sociedad.