Las olas de calor son períodos de altas temperaturas inusuales que pueden persistir durante varios días y noches en una región.

Debido al cambio climático provocado principalmente por la quema de combustibles fósiles, como carbón, petróleo y gas, se espera que las olas de calor sean cada vez más frecuentes hasta la década de 2060, independientemente de los esfuerzos para mitigar el cambio climático, según advierte la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

Estos eventos extremos no solo afectan la salud, la economía y el estilo de vida humano, sino que también tienen un impacto en la vida silvestre.

Estudios científicos han demostrado que las olas de calor pueden alterar a las especies animales, y a través de modelos de simulación se pronostican impactos aún mayores en el futuro.

La doctora Nora Ruth Ibargüengoytía, experta en reptiles, destaca que las especies animales que viven cerca de ríos, en zonas montañosas o que tienen una movilidad limitada podrían ser las más afectadas por el calentamiento global y las olas de calor.

Estos animales tienen dificultades para sobrevivir en condiciones de altas temperaturas.  Sin embargo, las consecuencias del cambio climático no son inevitables.

La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, la protección de los ecosistemas, la evaluación de impacto ambiental antes de realizar modificaciones, la prevención de la introducción de especies exóticas y la creación de áreas naturales protegidas son medidas importantes para mitigar el impacto en la biodiversidad.

Investigadores de diferentes países han pronosticado que más del 40% de los animales vertebrados terrestres podrían verse expuestos a episodios de calor extremo para el año 2099, según las estimaciones actuales de las futuras temperaturas del planeta.

El calor extremo afecta a la fauna silvestre, disminuyendo la reproducción de los animales y reduciendo el tamaño de sus poblaciones. Esto representa una amenaza significativa para la biodiversidad futura.

Es fundamental tomar medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y proteger los ecosistemas, con el fin de preservar la diversidad de especies y evitar impactos devastadores en la fauna silvestre.

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