Elon Musk, con la asistencia de la NASA, abrió el espacio para negocios privados el sábado cuando dos astronautas veteranos salieron en órbita en el primer vuelo espacial comercial tripulado.

La histórica misión Demo-2 fue postergada el miércoles debido al mal tiempo, pero salió sin problemas este sábado por la tarde.

Tanto Elon Musk, cofundador del fabricante de automóviles eléctricos Tesla, como el presidente Donald Trump se reunieron en Cabo Cañaveral para ver cómo un cohete llamado Falcon 9 despegaba a los veteranos astronautas de la NASA Douglas Hurley y Robert Behnken en la cápsula Crew Dragon de SpaceX a la Estación Espacial Internacional.

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Fue el primer vuelo espacial tripulado desde suelo estadounidense desde 2011 y el primer vuelo tripulado de SpaceX. Se produjo un día después del prototipo Starship N4 de SpaceX, una nueva nave espacial que Musk ha estado desarrollando, explotó en su banco de pruebas en Boca Chica, Texas.

Elon Musk lanzó SpaceX en 2002 para proporcionar viajes espaciales más baratos y realizar su sueño de enviar algún día humanos a Marte y vivir allí.

«Esta es la NASA que más manos ha tenido y ha sido difícil para ellos retroceder», dijo el astrofísico de Harvard Jonathan McDowell al Post. «Pero mucho depende de la privatización del programa espacial».

El éxito de Musk significa que la NASA no tendrá que preocuparse por los viajes mundanos de la órbita espacial inferior y puede centrarse en «prepararse para otro viaje a la luna y más allá», dijo McDowell.

La marca Musk estaba en todas partes en Cabo Cañaveral el sábado, no solo en su cápsula Crew Dragon.

Hurley, de 53 años, y Behnken, de 49, fueron conducidos al famoso Pad 39A en el Centro Espacial Kennedy en un Tesla, mostrando trajes espaciales en blanco y negro al estilo de Bond que se fabricaron durante años.