Las autoridades de Estados Unidos han acusado a Linwei Ding, un exingeniero de software que trabajaba en Google, de robar secretos relacionados con desarrollos de Inteligencia Artificial (IA) para compartirlos con dos compañías chinas. Una de ellas era su propia startup y la otra una empresa de renombre en el país asiático.

De acuerdo con la Oficina de Asuntos Públicos del Departamento de Justicia de EE.UU., Ding fue detenido en California y se enfrenta a cuatro cargos por robo de información confidencial.

El exingeniero chino trabajó en Google desde 2019 hasta finales de 2023. Durante ese tiempo, según la acusación, sustrajo más de 500 archivos confidenciales de la empresa de Mountain View. Ding era responsable del desarrollo de software en Google y tenía acceso a los centros de datos de supercomputación utilizados para entrenar grandes modelos de lenguaje de IA.

Se alega que Ding comenzó su actividad delictiva en mayo de 2022 al transferir información de la red de Google a su cuenta personal. Esta práctica la continuó durante un año. Durante este período, obtuvo archivos sobre la infraestructura de la empresa para el desarrollo de centros de datos avanzados.

Para evadir los métodos de seguridad de Google, Ding copiaba la información en la aplicación Notas de su iPhone. Luego, la convertía en documentos PDF y la cargaba a su cuenta personal. Ding realizó viajes a China para obtener financiamiento para su empresa. Esto generó sospechas en Google al notar que cargaba documentos de la red de la compañía a su cuenta personal mientras estaba en Asia. En diciembre de 2023, se le bloqueó el acceso remoto a la red de Google.

La reacción al robo a Google

El fiscal federal del distrito norte de California, Ismail Ramsey, afirmó que al robar los secretos comerciales de Google sobre sus sistemas de supercomputación de IA, Ding otorgó a sí mismo y a las empresas chinas con las que estaba relacionado una ventaja competitiva injusta.

El FBI y el Departamento de Estado de EE.UU. también participan en la investigación. Esto intensifica la tensión en la relación tecnológica entre ambas potencias.

Si Ding es hallado culpable, podría enfrentar hasta 10 años de cárcel y una multa de 250.000 dólares por cada uno de los cuatro cargos de robo de secretos comerciales.

La situación refleja la importancia de proteger la innovación de las empresas tecnológicas en un contexto de competencia global.

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