Estados Unidos ha lanzado este domingo una misión secreta llamada “Silent Barker” que consiste en colocar varios satélites de vigilancia en la órbita geosincrónica, a unos 35.786 kilómetros de la Tierra, donde pueden permanecer estacionarios sobre puntos fijos del planeta. El objetivo de esta misión es monitorear cualquier movimiento sospechoso de otros satélites que puedan representar una amenaza para los intereses estadounidenses o de sus aliados en el espacio.

La empresa United Launch Alliance (ULA) realizó la misión con un cohete Atlas V desde la base aeroespacial de Cabo Cañaveral, en Florida. Este es el último vehículo de este tipo, que el Vulcan Centaur reemplazará. La Fuerza Espacial de EE.UU. y la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO), la agencia que se encarga de los satélites espía del Departamento de Defensa, desarrollaron la misión en asociación.

La misión está enfocada en la defensa del país

Según han explicado los responsables de la misión, los satélites Silent Barker actuarán como un “perro guardián” en la órbita geosincrónica, vigilando cualquier satélite que se reposicione para ver mejor las naves espaciales estadounidenses o incluso para llevar a cabo ataques contraespaciales. La misión también tiene un componente disuasorio, ya que busca que los potenciales adversarios de EE.UU. sepan que el país tiene “ojos” en esa zona del espacio.

“Un enorme elemento de disuasión es la capacidad del adversario de saber qué podemos y qué no podemos ver. Así que realmente queremos que sepan que tenemos ojos en la órbita geosincrónica”, dijo el teniente general de la Fuerza Espacial Michael Guetlein, comandante del Comando de Sistemas Espaciales, en una teleconferencia este lunes.

El director de la NRO, Chris Scolese, dijo que hay satélites de comunicación que se mueven de un lugar a otro para proporcionar una mejor cobertura a otras áreas y EE.UU. quiere verlo para saber qué está sucediendo en esa área. El funcionario subrayó que el entorno espacial está cada vez más congestionado, disputado y competitivo.

“La órbita geosíncrona está muy lejos”, destacó Scolese. “Los sistemas terrestres tienen más dificultades para percibir lo que hay allí arriba. Esto nos proporciona la capacidad de estar en esta misma órbita, de modo que nos acercamos más a lo que ocurre en esa zona. No estará enfocando a la Tierra, sino al espacio”.

“Pero también queremos saber si está sucediendo algo inesperado o que no debería suceder y que podría representar una amenaza para un activo de alto valor, ya sea el nuestro o el de uno de nuestros aliados”, agregó Scolese. Los satélites Silent Barker detectarán y rastrearán continuamente otros objetos en órbita geosíncrona, una función a la que los líderes militares han dado prioridad durante la última década.

Te puede interesar: Mexicana de Aviación renace con el apoyo del gobierno y busca ser líder en el sector aéreo