La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha tomado en cuenta un nuevo sublinaje de la variante Ómicron del coronavirus, llamado BA.2.86, clasificándolo como una «variante bajo monitoreo» debido a su alta cantidad de mutaciones.

Aunque solo se tienen tres secuencias disponibles de muestras de pacientes, la decisión de clasificarlo de esta manera se basa en la significativa cantidad de cambios genéticos que presenta, alcanzando un total de 36 mutaciones.

Este sublinaje fue inicialmente detectado en Israel y Dinamarca, y recientemente también se encontró en Estados Unidos y Reino Unido.

El director general de la OMS, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, destaca que aunque el COVID-19 ya no es una emergencia de salud pública mundial, sigue siendo una amenaza para la salud global.

En el debate sobre las variantes del virus, la subvariante Eris o EG.5 se clasificó como una «variante de interés» el 9 de agosto, asociada con aumentos de casos en distintas regiones.

La OMS hace hincapié en la necesidad de continuar monitoreando y estudiando estas variantes, como lo ejemplifica el seguimiento del sublinaje BA.2.86 por parte de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en Estados Unidos.

Aunque la OMS ha clasificado esta variante bajo vigilancia, el rápido aumento de su categorización es inusual, lo que sugiere la atención que merece. No se puede determinar con certeza si esta variante será más peligrosa que las ya conocidas, pero la OMS acelera su clasificación debido a la alta cantidad de mutaciones que presenta.

Se desconoce aún el impacto epidemiológico del sublinaje, pero la OMS resalta su importancia al considerarlo una «variante de monitoreo» por sus mutaciones, algunas de las cuales podrían permitirle evadir la inmunidad natural o inducida por vacunas.

Expertos como Jesse Bloom, biólogo evolutivo, indican que es temprano para afirmar si esta variante superará a otras en su capacidad de evasión inmunológica, aunque su análisis sugiere que podría hacerlo.

La designación de un sublinaje como «variante de monitoreo» subraya la necesidad de una mayor vigilancia y estudios genómicos en busca de linajes circulantes e identificación de nuevos sublinajes.

La OMS insta a los países a fortalecer sus esfuerzos en pruebas y análisis genéticos. Además, el Dr. Tedros hace un llamado a acelerar la finalización del «Acuerdo sobre Pandemias» para fortalecer la respuesta ante futuras crisis de salud.

En resumen, la evolución de las variantes del coronavirus sigue siendo una cuestión de alta preocupación y requiere una cooperación global para hacer frente a estas amenazas a la salud pública.

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