Ni con el cambio en el banquillo se enmienda el Barça en la Champions. El conjunto blaugrana empieza con derrota en el nuevo formato de la competición (2-1) en un encuentro donde volvió a salir la versión pobre que le lleva acompañando varios años en Europa. El verdugo fue, otra vez, el Mónaco. Como en el Gamper. Y ahora viene el Bayern, que ‘solo’ le ha metido nueve al Dinamo de Zagreb en su primer partido.
Flick jugó la carta de Eric García en el centro del campo, y le duró literalmente diez minutos. Porque entre él y Ter Stegen la liaron bien en un pase en corto, Minamino les robó la cartera y enfiló hacia el área. A un par de palmos de la línea, Eric se echó encima del rival y lo derribó siendo último hombre. Roja directa con casi hora y media por delante.
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Desde la banda hacia dentro vino el gol de Akliouche con una conducción en la que se preparó la zurda y la clavó rasa al palo corto. El gol terminó de desencajar a los catalanes, que si no recibieron dos o tres más fue, a medias, gracias a Ter Stegen y la falta de acierto de los atacantes.
Lamine Yamal recibió un servicio en largo, ganó con el cuerpo a Salisu, luego lo dribló y largó otro zurdazo a la izquierda de Köhn; de esta manera los catalanes lograron ilusionar a su afición que a pesar de la diferencia numérica estaban dispuestos a competir de tu a tu contra sus rivales franceses.
Para la segunda mitad el dominio del Mónaco continuo, hasta que Embolo aprovechó un balón lejano al espacio, ganó por velocidad a Iñigo y, ya dentro del área, fusiló a Ter Stegen para hacer el 2-1 que terminó siendo el definitivo.