El georgiano Sandro Bazadze, considerado el mejor esgrimista del mundo, arremetió contra los jueces de los Juegos Olímpicos de París al ser eliminado en los octavos de final de la prueba de sable masculino.

El Grand Palais, icónica sede de la esgrima en la capital francesa, fue testigo de la explosión de ira del deportista georgiano, quien tras la revisión de un video que determinó su derrota por 15-14 ante el egipcio Mohamed Amer, se negó a abandonar la pista y lanzó fuertes palabras a la árbitra española Vanesa Chichón, quien fue la encargada de revisar la jugada decisiva.

Este episodio no es nuevo para Bazadze, en las semifinales de los Juegos de Tokio contra el tricampeón olímpico Aron Szilagyi en 2021, también tuvo diferencias con los jueces. «Los jueces, como en Tokio, me matan por segunda vez», expresó el esgrimista antes de abandonar la arena.

A pesar de las críticas y abucheos por parte del público, Bazadze mantuvo su postura y se mostró decidido a no dejar pasar este incidente. Según sus declaraciones, el uso del video para tomar decisiones arbitrales no es algo habitual en los Juegos.

«En Tokio destruyeron mi vida, por poco acaban mi carrera. Regresé y me torné en el número uno del mundo, me preparé para los Juegos, pero ella me mató», en referencia a la árbitra.

A pesar de sus declaraciones, Bazadze prometió que no dejará pasar este asunto y buscará hacer justicia. «No puedo permitir que los árbitros decidan mi futuro de esta manera. Haré todo lo posible por demostrar que hubo un error en mi contra», afirmó.

Bazadze ha puesto en tela de juicio la imparcialidad de los jueces, generando un debate sobre el uso de la tecnología en la toma de decisiones en este deporte.

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