«Fidel es el golazo más grande de mi vida», dijo Diego Armando Maradona, creador del gol más vistoso en la historia de los Mundiales e innumerables acciones inolvidables.

El cariño del «Pelusa» por el comandante Fidel Castro y por Cuba (QEPD), data de hace muchos años, incluso exhibe un retrato del Che Guevara tatuado en su brazo derecho y otro de Castro en su pantorrilla izquierda.

Cuando Maradona buscaba paz y consejo médico, se refugiaba en la isla, donde sucedió esta historia.

«Salimos una noche, boliche, baile, alegría, nos volvemos a casa, a las 5:45 de la mañana», relata Guillermo Coppola, ex agente de Maradona.

«Apelé al último recurso, un silbido que significaba emergencia para los dos. Diego sale, gordito, franja amarilla en el pelo, descalzo, y con la tapa del inodoro con el aro, y le suelta que es un regalo para él.

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«Ante ese silencio sepulcral, saca la tapa y la tapa tenía pegada una foto de George W. Bush. ‘Comandante este regalo es para que cada vez que la use, se la dedique'», le dijo Maradona a Castro.

«El Comandante feliz, se quedó a desayunar con nosotros y ahí, respiré tranquilo», decía Coppola.