El primer debate presidencial entre Kamala Harris y Donlad Trump se desarrollando en medio de diferentes comentarios fuertes. Por un lado la vicepresidenta lo acorralado en varias ocasiones y por otro lado el candidato republicano se ha mostrado cada vez más agresivo.

Desde la sed de la televisora ABC News en Filadelfia, este tenso debate ha estado marcado por descalificaciones personales para tratar de convencer al 8% de los indecisos que aún no eligen a su candidato.

La economía ha sido el tema central de preocupación de los estadounidenses, así como la inmigración, la política exterior y el aborto. Harris ha logrado impulsar su campaña luego de convertirse en la sucesora de Joe Biden hacia las elecciones que se realizarán el próximo 5 de noviembre.

Trump atacó a Kamala cuestionando que había hecho durante los tres años y medio que había estado ejerciendo el papel de vicepresidenta, hablando sobre el tiempo en que pudo haber creado empleos y cerrado las fronteras, para finalmente alegar que tendría que irse, justo al Capitolio, para reunir a sus colegas y tratar de cumplir con sus antiguas promesas de campaña antes de que termine su administración.

«Somos una nación que está en seria decadencia. Se ríen de nosotros en todo el mundo. La peor vicepresidenta de la historia», finalizó así su discurso dentro del debate.

Por otro lado, Harris apeló al positivismo y resaltó dos visiones contrastantes para el futuro del país. «Tenemos visiones diferentes del país. Uno enfocado en el futuro y otro enfocado en el pasado», pues según la candidata, su gobierno se enfocará en la economía de oportunidad.

Harris calificó a Trump como «la misma retorica desgastada de siempre», asegurando que ella fue criada como una niña de clase media y la única que podría entender y ayudar a esta clase y a la gente trabajadora de los Estados Unidos.

De igual manera, Trump se refirió a la vicepresidenta como una marxista y comunista: «Si algún día fuera elegida, la cambiaría. Y sería el fin de nuestro país. Ella es marxista, todo mundo sabe que es marxista. Su padre es un profesor marxista de economía y le enseñó bien.

En cuanto al tema del aborto, el candidato republicano tachó a los demócratas de radicales pues aseguró que el vicepresidente que Kamala eligió para su gobierno esta convencido de que el aborto en el noveno mes esta «absolutamente bien.

Ate este tema, Harris advirtió sobre los peligros a los que se exponen las embarazadas, quienes muchas de las veces son víctimas de violación porque intentan a acceder a atención médica, y advirtió que Trump prohibirá a la nación el aborto.

«El gobierno y Donald Trump ciertamente no debería decirle a una mujer qué hacer con su cuerpo», afirmó Harris.

Durante el debate, Harris también acusó a Trump de «vender» los Estados Unidos a China, por medio de la venta de chips de ordenadores chinos y otros fabricados en territorio estadounidense.

Advirtió también de la importancia de que Washington gane la carrera tecnológica a China.

«Una política sobre China debería estar centrada en asegurarse de que EE.UU gana la competición del siglo XXI, lo que significa centrarse en los detalles de lo que se requiere, centrarse en las relaciones con nuestros aliados, centrarse en invertir en tecnología de base estadounidense para que ganemos la carrera a la IA en computación cuántica», anunció.

Tras una hora y 45 minutos y 13 bloques temáticos, el debate llegó a su fin, sorprendiendo a los asistentes cuando Kamala Harris se acercó a saludar a Donald Trump en un acto de amabilidad, sin embargo el respondió como se esperaba: frío y distante.

Sin despedidas y sin un adiós, los candidatos se dispusieron a salir del lugar, siendo únicamente Harris quien volvió al centro del lugar junto a su esposo, Doug Emhoff, para despedirse a la distancia de los presentadores.

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