El pasado viernes, un espectáculo insólito sorprendió a los residentes y visitantes de Nueva York: un enjambre de decenas de miles de abejas invadió el corazón de la ciudad, Times Square, y se posó en los cristales de los rascacielos. Los testigos describieron la escena como una “nube” o un “humo” de abejas que zumbaban por todas partes.

La policía tuvo que acordonar la zona y llamar a un grupo de apicultores para retirar a los insectos de los edificios y trasladarlos a un lugar seguro. Según informaron los expertos, nadie resultó picado ni herido por las abejas, que no eran dañinas.

Se desconoce el origen de las abejas y las razones por las que llegó hasta el centro de la Gran Manzana.

No es la primera vez que las abejas invaden Times Square: en 2021, unas 25.000 abejas tuvieron que ser retiradas también del lugar. Los apicultores advierten que estos episodios pueden ser más frecuentes debido al cambio climático y a la pérdida de hábitat de las abejas.

Las abejas son esenciales para las personas y el planeta, ya que proporcionan alimentos de alta calidad, como la miel, la jalea real y el polen, y otros productos como la cera, el propóleo y el veneno. Además, son los mayores polinizadores del mundo y contribuyen directamente a la seguridad alimentaria. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), un tercio de la producción mundial de alimentos depende de las abejas.

Cuando recogen el polen de las flores y lo esparcen, permiten que las plantas, incluidos muchos cultivos alimentarios, se reproduzcan. Así, favorecen los ecosistemas, la biodiversidad y el equilibrio ecológico. También son parte fundamental de la cadena alimenticia y son responsables del 70% del cultivo de alimento.

Sin embargo, están en peligro por los pesticidas, la contaminación atmosférica, las enfermedades y los parásitos. Esto supone una amenaza para una variedad de plantas fundamentales para el bienestar y el sustento de los seres humanos. Por eso, es necesario proteger a las abejas y a su hábitat, así como regular su comercio y fomentar su conservación.

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