El terror y la violencia siguen azotando a Nigeria, con un nuevo ataque que dejó al menos 40 agricultores asesinados por extremistas islámicos en la comunidad de Dumba. Se sospecha que el ataque, que tuvo lugar el domingo, fue perpetrado por miembros del grupo Boko Haram y su facción disidente, que es leal al grupo Estado Islámico.

El gobernador del estado de Borno, Babagana Umara Zulum, condenó enérgicamente el acto de violencia y pidió a los civiles que se mantengan en las «zonas seguras» que el ejército ha despejado de extremistas y municiones. Además, instó a las fuerzas armadas a llevar a cabo una exhaustiva investigación para dar con los responsables y aplicar la justicia correspondiente.

«Este asunto será investigado a fondo para tomar las medidas necesarias. Es crucial que las fuerzas armadas rastreen y traten de manera decisiva a los perpetradores de este acto atroz de violencia contra nuestros ciudadanos inocentes», afirmó Zulum.

Boko Haram, conocido por su lucha contra la educación occidental y por imponer su versión radical de la ley islámica, ha sido responsable de numerosos ataques en Nigeria desde que tomó las armas en 2009. El conflicto, considerado como la lucha más larga de África contra los extremistas, ha causado la muerte de al menos 35.000 civiles y ha obligado a más de 2 millones de personas a desplazarse en la región noreste, según datos de las Naciones Unidas.

Uno de los episodios más trágicos protagonizados por Boko Haram tuvo lugar en 2014, cuando secuestraron a 276 niñas en una escuela en el pueblo de Chibok, situado en el estado de Borno. Este incidente, que captó la atención mundial, evidenció la crueldad de los yihadistas y la urgente necesidad de poner fin a la violencia en la región.

Este nuevo acto de terror en Nigeria deja en evidencia la gravedad de la situación en el país y la necesidad de adoptar medidas efectivas para combatir a los grupos extremistas que amenazan la paz y la seguridad de la población.

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