El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha dado un paso histórico al designar un monumento nacional en memoria de las víctimas del ataque racista de 1908 en Springfield, Illinois.

Esta decisión, que busca honrar a aquellos que sufrieron las consecuencias de la violencia racial, marca un hito en la lucha por la justicia y la igualdad en el país. Los disturbios raciales que tuvieron lugar entre el 14 y 16 de agosto de 1908 en Springfield conmocionaron a la nación, dejando a su paso destrucción y muerte.

Según la historia, los ataques tuvieron lugar a pocos pasos de la casa del expresidente Abraham Lincoln, quien abolió la esclavitud en Estados Unidos. Se dice que una turba blanca asaltó, saqueó y quemó viviendas y negocios pertenecientes a la comunidad afroamericana, en un acto de odio y discriminación en el que varias personas murieron.

«Es muy importante que nuestros hijos y nietos comprendan lo que ocurrió», mencionó Biden durante la ceremonia que se llevó a cabo en la Casa Blanca y donde se firmó el Monumento Nacional a los Disturbios Raciales de Springfield de 1908.

La decisión se produce a como más de un mes del asesinado de Sonya Massey, una mujer negra, a manos de un policía blanco en Springfield y la cual se causó conmoción en todo el país.

De acuerdo con la Casa Blanca, se registraron 2 mil 503 ataques en contra de personas negras entre 1882 y 1910 en Estados Unidos.

Este acto de conmemoración busca no solo honrar a las víctimas, sino también educar al público sobre la historia de injusticia y lucha por los derechos civiles en Estados Unidos.

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