Brasilia.- El expresidente ultraderechista brasileño Jair Bolsonaro expresó su deseo de que el exmandatario estadounidense Donald Trump regrese a la Casa Blanca en las elecciones presidenciales de este año. Estas declaraciones fueron realizadas durante el evento CPAC Brasil 2024 en Balneario Camboriu, al sur de Brasil, ante una multitud de 3 mil 500 simpatizantes conservadores.

«Si Dios quiere, será Trump en noviembre», afirmó Bolsonaro ante una audiencia entusiasta que coreaba consignas en apoyo a su posible retorno al poder en Brasil. A pesar de la prohibición que le impide presentarse a cargos de elección popular hasta el año 2030 por ataques a la democracia, Bolsonaro continúa manteniendo una considerable base de seguidores que respaldan sus posturas de derecha.

El evento de CPAC, anunciado como el primer gran mitin de la oposición para las elecciones municipales de este año, contó con la participación de destacados líderes conservadores internacionales como el excandidato presidencial chileno José Antonio Kast y se esperaba la intervención del presidente libertario argentino, Javier Milei, en la sesión de clausura. Estas presencias evidencian el interés de Bolsonaro y sus aliados políticos por consolidar una red de apoyo de la extrema derecha en América Latina.

Bolsonaro mostró su apoyo total a Donald Trump

Durante el evento, los oradores reafirmaron su compromiso con valores conservadores como la defensa de la vida, la familia y la oposición al aborto, así como su postura a favor de las armas y en contra de las drogas. Los discursos estuvieron marcados por críticas al actual gobierno brasileño del presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, al que calificaron de corrupto y autoritario.

La presencia de líderes políticos internacionales como Kast y Milei, así como la influencia de Bolsonaro en la escena política brasileña, indican una estrategia de consolidar una plataforma continental para promover agendas de derecha en la región. Para Guilherme Casaroes, politólogo del centro de estudios FGV en Sao Paulo, el evento de la CPAC representa un intento de proyectar la narrativa de la extrema derecha a nivel global, presentando a los conservadores como perseguidos por gobiernos de izquierda y tribunales autoritarios.

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