Celso Amorim, asesor de asuntos internacionales del gobierno de Brasil, ha dejado claro que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva probablemente no asistirá a la ceremonia de toma de posesión de Nicolás Maduro, programada para enero, si finalmente se lleva a cabo. En una reciente entrevista con el periódico Valor Económico, Amorim expresó: «A día de hoy, no veo a Lula yendo a la toma de posesión de Maduro». Esta declaración subraya un cambio significativo en la postura de Brasil hacia Venezuela y su liderazgo.

Relaciones Diplomáticas entre Brasil y Venezuela

A pesar de la negativa de Lula a asistir a la toma de posesión, Amorim enfatizó que Brasil no tiene intención de romper relaciones diplomáticas con Venezuela. «Brasil no va a romper relaciones con Venezuela. Las relaciones son con el Estado», afirmó, dejando claro que la política brasileña se centra en mantener un canal abierto con el país vecino, independientemente de las circunstancias políticas actuales. Este enfoque refleja una estrategia más pragmática, buscando preservar la diplomacia en lugar de adoptar posturas extremas que podrían agravar la situación.

Amorim también evitó referirse a Maduro como dictador, señalando que prefiere no utilizar adjetivos en su análisis político. Este matiz es importante, ya que indica un intento por parte del gobierno brasileño de mantener un tono moderado en sus críticas hacia el régimen venezolano, a pesar de las crecientes preocupaciones sobre los derechos humanos y la democracia en Venezuela.

El Cambio en la Alianza Internacional

Desde su regreso al poder, Lula ha sido visto como un aliado clave para Maduro en el ámbito internacional. Sin embargo, los recientes acontecimientos en Venezuela han generado un cambio en esta dinámica. Lula ha señalado que el gobierno venezolano presenta «sesgos autoritarios» y ha optado por no reconocer oficialmente la victoria electoral ni del régimen ni de la oposición. En este contexto, ha instado a ambos lados a proporcionar transparencia y pruebas concretas sobre sus triunfos electorales.

Este enfoque más crítico por parte del presidente brasileño refleja una creciente preocupación por la situación política en Venezuela y un deseo de fomentar una salida pacífica a la crisis. La posición de Brasil se convierte así en un factor relevante en el escenario internacional, donde las tensiones entre diferentes actores políticos continúan aumentando.