A partir de este lunes, China ha implementado nuevos aranceles sobre una amplia gama de productos agrícolas provenientes de Estados Unidos, en un contexto de creciente tensión comercial entre ambos países. La decisión de Pekín es una respuesta directa a la escalada de la guerra comercial impulsada por el presidente estadounidense Donald Trump, quien recientemente aumentó las tarifas a las importaciones chinas, elevándolas al 20%.

Los nuevos aranceles chinos afectan a varios productos agrícolas estadounidenses, incluyendo pollo, trigo, maíz, soja, frutas, y carnes de cerdo y res. Los aranceles varían entre un 10% y un 15%, con la soja siendo gravada al 10%, y otros productos al 15%. Además, China suspendió las importaciones de madera de EE. UU. e incluyó a 15 empresas estadounidenses en una lista negra. Asimismo, las autoridades chinas anunciaron una investigación antimonopolio contra Google.

Nuevos aranceles chinos

China precisó que los productos enviados antes del 12 de abril no estarán sujetos a los nuevos aranceles. Esta medida es vista como parte de una estrategia diseñada para afectar tanto a la economía de Estados Unidos como a sus empresas, dado que China es el mayor mercado para los productos agrícolas de EE. UU. En 2024, China importó casi 20,000 millones de dólares en productos como soja, maíz y algodón, los cuales ahora estarán sujetos a las nuevas tarifas.

Además de los aranceles, Pekín tomó medidas adicionales contra empresas estadounidenses, prohibiendo que 15 de ellas adquieran productos chinos sin un permiso especial. Entre las afectadas se encuentra una compañía fabricante de drones que suministra al ejército de EE. UU. Asimismo, se impidió que 10 empresas estadounidenses continúen operando en China.

Guerra comercial entre China y EU

La guerra comercial entre ambos países no es nueva. Desde 2018, las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China se han visto marcadas por incrementos arancelarios mutuos. Sin embargo, expertos coinciden en que China ha aprendido de las experiencias anteriores y ha desarrollado una serie de herramientas para hacer frente a las medidas de Trump, como aranceles, restricciones y sanciones.

Pese a la dureza de las medidas adoptadas, algunos analistas señalan que la respuesta de China también deja espacio para una eventual negociación, con el fin de evitar una escalada más profunda de las tarifas arancelarias. Por otro lado, la economía china, aunque sigue creciendo, muestra señales de desaceleración, con una tasa de crecimiento anual cercana al 5%, y enfrenta retos como la deflación y el desempleo alto.

Al mismo tiempo, China ha intensificado sus esfuerzos para combatir la producción y distribución de fentanilo, una de las razones esgrimidas por Trump para justificar sus aranceles. Este enfoque refleja la complejidad de la relación comercial y las tensiones que persisten entre ambos países.

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