Colombia y Venezuela han anunciado un plan conjunto para desactivar la violencia en la frontera que ha dejado más de 80 muertos y 36,000 desplazados en la región.  El presidente de Colombia, Gustavo Petro, informó que ha mantenido conversaciones con Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, con el objetivo de establecer un plan para erradicar las bandas armadas que han provocado una crisis sin precedentes en la zona.

La situación en el Catatumbo se ha convertido en la peor crisis de violencia en una década. Con la presencia de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y combates con disidentes de las extintas FARC. La región es además una importante ruta de tráfico de cocaína hacia Venezuela, convirtiéndose en un desafío para las autoridades de ambos países.

Ante el recrudecimiento de la violencia, el presidente Petro ha suspendido las negociaciones de paz con el ELN y declarado el país en «estado de conmoción interior». La Fiscalía ha reactivado las órdenes de captura contra la cúpula de la guerrilla. Asimismo,  el número de desplazados continúa aumentando en algunos municipios de Colombia.

Las Fuerzas Militares se han movilizado para rescatar a la población civil de las zonas afectadas. Los desplazados huyen hacia Venezuela en busca de refugio. Petro ha expresado su preocupación por la situación en el Catatumbo. Además, ha señalado la necesidad de una acción conjunta para enfrentar la violencia en la frontera.

A pesar de mantener una relación cordial con Venezuela, el presidente colombiano ha tomado distancia de Maduro y ha criticado las detenciones realizadas en el vecino país tras las elecciones de 2024. Petro ha calificado la situación en el Catatumbo como un fracaso y ha advertido sobre la estrategia mortal del ELN que pone en peligro la soberanía nacional.

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