Corea del Norte realizó un lanzamiento de un misil balístico de largo alcance, aumentando así el número de pruebas armamentísticas en 2023, según informes de Seúl y Tokio. Este acontecimiento se produjo después de una prueba de misil de menor alcance el día anterior y en medio de crecientes tensiones con los aliados de Estados Unidos y Corea del Sur.

El ejército surcoreano detectó el lanzamiento desde la zona de Pyongyang, indicando que el misil voló aproximadamente 1,000 kilómetros antes de caer en el mar del Este.

Japón confirmó que se trataba de un misil de tipo ICBM con un alcance potencial que podría abarcar todo Estados Unidos. Líderes mundiales, incluyendo Corea del Sur y Japón, condenaron enérgicamente la acción, considerándola una amenaza significativa para la paz y seguridad, mientras que Estados Unidos y Corea del Sur habían advertido previamente que cualquier ataque nuclear de Corea del Norte resultaría en graves consecuencias para el régimen norcoreano.

Tras el lanzamiento, Corea del Sur «condenó con firmeza» a su vecino del Norte, calificándolo como una amenaza grave para la paz en la península coreana y la comunidad internacional.

El presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, ordenó una respuesta «inmediata y absoluta» ante cualquier provocación de Pyongyang, colaborando conjuntamente con Estados Unidos y Japón.

El primer ministro japonés, Fumio Kishida, describió el lanzamiento como una «amenaza a la paz y la estabilidad», violando las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.

El Departamento de Estado estadounidense también condenó la prueba de lanzamiento, mientras que China, aliado de Corea del Norte, emitió una declaración expresando su apoyo a Pyongyang. China afirmó que siempre han confiado mutuamente, destacando su respaldo en medio de la «turbulenta situación internacional».

La agresiva declaración norcoreana del domingo, criticando los planes de Estados Unidos y Corea del Sur para expandir los ejercicios militares conjuntos del próximo año, elevó aún más las tensiones en la región.

Corea del Norte se ha declarado como una potencia nuclear «irreversible» y ha reiterado su compromiso con su programa nuclear, considerándolo esencial para su supervivencia.