La difícil situación en la que se encuentran las niñas de Gaza ha llegado a un punto crítico. Cuando visitan a la pediatra Lobna al-Azaiza y se quejan de no tener un peine, la respuesta es desgarradora: se les sugiere que se cortan el pelo. Sin embargo, el problema va mucho más allá de la falta de peines. El bloqueo israelí en el territorio, devastado por 10 meses de guerra, ha ocasionado escasez de champú, jabón, productos de higiene femenina y materiales de limpieza doméstica.
La recogida de basuras y el tratamiento de aguas residuales también han colapsado, lo que ha provocado un aumento de enfermedades contagiosas como sarna e infecciones por hongos, que se propagan con facilidad en un ambiente de hacinamiento y falta de limpieza. La Dra. al-Azaiza, que solía trabajar en el hospital Kamal Adwan de Beit Lahia, ahora se ve obligado a tratar a los pacientes en una clínica de campaña luego de que los tanques israelíes dividieran el norte y el sur de Gaza. La situación es desgarradora, ya que la mayoría de los habitantes han sido desplazados o han perdido sus viviendas a causa de los bombardeos.
La escasez de medicamentos en Gaza
Incluso los medicamentos disponibles son inequibles para la mayoría de la población, lo que agrava aún más la crisis. Un simple tubo de pomada puede costar hasta 200 shekels, lo que equivale a 53 dólares. Las entregas de ayuda internacional se han reducido significativamente desde que Israel tomó el control del paso fronterizo de Rafah a Egipto, lo que ha empeorado la situación humanitaria.
La Dra. al-Azaiza no duda en señalar que la solución inminente sería la apertura del paso fronterizo para permitir el ingreso de medicamentos efectivos, ya que los actuales resultan ineficaces ante las enfermedades de la piel que están tratando. Urge una respuesta urgente ante esta crisis que está afectando directamente a las niñas de Gaza y a toda la población en general.
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