La creciente preocupación de los organismos conservacionistas se intensifica ante la reciente noticia de dos panteras, especie en peligro de extinción, que perdieron la vida en carreteras de Florida, elevando a diez el número total de felinos atropellados en lo que va del año y a 64 desde el 2021, según informes de CBS y Fox News.

Este dramático incremento en los accidentes resalta la urgente necesidad de abordar los riesgos que enfrentan estas panteras, que en la actualidad tienen una población de alrededor de 200 individuos en estado salvaje, concentrados en una pequeña región de Florida.

La historia de la disminución de las panteras, que en algún momento poblaron extensamente el sudeste de Estados Unidos, es trágica y multifacética. La caza desmedida y la reducción de su hábitat han llevado a la pérdida significativa de estos felinos, que fueron uno de los primeros en incluirse en la lista de especies en peligro de extinción de Estados Unidos en 1973, según la Federación Nacional de Vida Silvestre (NWF).

Factores como la baja diversidad genética, la contaminación por mercurio y enfermedades, como la leucemia felina, siguen amenazando a la especie.

Los esfuerzos para conservar a las panteras se enfrentan a desafíos significativos, a pesar de iniciativas como la construcción de pasos de fauna subterráneos y la implementación de señalización vial para alertar a los conductores. La financiación y la obtención de permisos para estas medidas en áreas protegidas son obstáculos a superar.

La participación activa de la comunidad local se vuelve esencial en este contexto, instando a los residentes a evitar la velocidad excesiva en zonas de vida salvaje y a informar avistamientos de panteras a las autoridades pertinentes.

Además, es importante destacar que los atropellos no solo representan una tragedia para las panteras, sino que también conllevan consecuencias legales significativas para los conductores involucrados, subrayando la necesidad de conciencia y precaución en estas áreas.

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