En medio de la polémica generada por las declaraciones del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, sobre su interés en adquirir Groenlandia por «cuestiones de seguridad nacional», la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, ha salido al paso para reiterar la postura del país escandinavo respecto a la soberanía de la isla.

Durante una entrevista para la cadena de televisión TV2, Frederiksen fue clara al afirmar que «Groenlandia es de los groenlandeses» y que, como manifestó el jefe de gobierno local Mute Egede, «Groenlandia no está en venta«.

La líder danesa también destacó la estrecha relación que Dinamarca mantiene con Estados Unidos, calificándolos como «nuestro aliado más cercano».

Declaraciones de Trump

Las declaraciones de Trump, realizadas durante un discurso hace dos semanas, plantearon que la propiedad y control de Groenlandia son una necesidad absoluta para la seguridad nacional y la libertad en todo el mundo.

El mandatario también anunció que su hijo, Donald Trump Jr., visitaría la isla en compañía de otros representantes. El arribo de Donald Trump Jr. a Groenlandia se llevó a cabo este martes, tal como había sido anunciado anteriormente por su padre.

A pesar de la expectación generada por esta visita, un diplomático de Groenlandia, Mininnguaq Kleist, aseguró a la televisión pública danesa DR que se trata de un viaje de carácter privado y que no se han revelado detalles sobre las actividades programadas.

Greenland is beautiful!!! 🇬🇱 pic.twitter.com/PKoeeCafPz

— Donald Trump Jr. (@DonaldJTrumpJr) January 7, 2025

En el mismo sentido, Mute Egede, jefe del gobierno de Groenlandia, expresó durante su mensaje de Navidad la importancia de que su país dé «un paso adelante» para definir su futuro en términos de socios comerciales y relaciones internacionales. Egede destacó la necesidad de expandir la cooperación con otros países y no depender exclusivamente de Dinamarca en este aspecto.

La postura firme de Dinamarca y Groenlandia ante la propuesta de compra de Estados Unidos deja claro que la decisión sobre el futuro de la isla ártica seguirá siendo competencia de sus habitantes, excluyendo cualquier posibilidad de venta.

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