El gobierno de Estados Unidos canceló 17 proyectos del programa McGovern-Dole de Alimentos para la Educación, que proporcionaba comidas escolares a niños en países con altos niveles de pobreza, según un correo electrónico del Departamento de Agricultura (USDA) dirigido al personal del Congreso. Esta medida se suma a la cancelación de otros 27 proyectos bajo el programa Alimentos para el Progreso, afectando en total 44 iniciativas en naciones como Honduras, Kirguistán, Sierra Leona y Nepal.

Ambos programas forman parte de la política de ayuda exterior estadounidense y tienen como objetivo mejorar la nutrición infantil y promover el desarrollo económico mediante el suministro de productos agrícolas estadounidenses. Sin embargo, el USDA señaló que las cancelaciones responden a una directiva ejecutiva emitida el 20 de enero, orientada a realinear la ayuda internacional con los intereses estratégicos del actual gobierno, encabezado por el presidente Donald Trump.

De los 17 proyectos recientemente cancelados del programa McGovern-Dole, 12 eran gestionados por la organización Catholic Relief Services (CRS). En declaraciones a medios, Haydee Díaz, representante de CRS en Honduras, explicó que el programa beneficiaba a unos 97,000 niños en más de 1,700 escuelas rurales, donde la desnutrición infantil y el retraso en el crecimiento son problemas persistentes.

Díaz detalló que el proyecto proporcionaba alimentos básicos como maíz, arroz, frijoles y una mezcla de soya fortificada, provenientes de agricultores estadounidenses. Las comidas eran preparadas por alrededor de 10,000 voluntarios locales. Según la representante, este tipo de asistencia no solo mejora la salud de los menores, sino que también puede disuadir la migración hacia Estados Unidos, al ofrecer a las familias la certeza de una alimentación básica para sus hijos.

Organizaciones humanitarias y actores internacionales han expresado su preocupación por el posible aumento de la inseguridad alimentaria en comunidades vulnerables tras la eliminación de estos programas. Algunos alimentos destinados a estas iniciativas han quedado almacenados sin uso, situación que ha sido criticada por grupos defensores de la seguridad alimentaria global.

Las cancelaciones reflejan un cambio significativo en la política exterior de asistencia bajo la actual administración, generando inquietudes sobre el impacto que estas decisiones podrían tener en el bienestar infantil y la estabilidad de las comunidades más necesitadas a nivel global.

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