Un nuevo programa de refugiados que beneficiaría a algunos solicitantes de asilo no mexicanos que se encuentran en México está siendo negociado por Estados Unidos y México, según informaron fuentes de ambos países.

Refugiados de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela que llegaron a México antes del 6 de junio y que tienen pruebas de su persecución en sus países por razones políticas, religiosas, étnicas o sociales serían el foco del programa.

El programa de reasentamiento estadunidense podría permitir el acceso al reasentamiento en Estados Unidos a los migrantes que cumplan los requisitos. Este programa ofrece beneficios como permiso de trabajo, ayudas para vivienda y empleo, y la posibilidad de solicitar la residencia permanente en un año.

Sin embargo, las fuentes consultadas indicaron que el programa todavía está en discusión y que no se ha tomado ninguna decisión final. Tampoco se conoce cuántas personas podrían acogerse al mismo.

La cancillería mexicana reconoció que mantiene comunicación constante con Estados Unidos sobre diversos programas y políticas migratorias, pero aseveró que no ha firmado ningún acuerdo al respecto. Asimismo, manifestó su preocupación por respetar la soberanía nacional y los derechos humanos de los migrantes.

Estados Unidos ya planeaba otro programa para los migrantes

La administración Biden ha puesto en marcha otras iniciativas para facilitar el ingreso legal de los migrantes a Estados Unidos, como una aplicación para teléfonos inteligentes que permite solicitar citas para pedir asilo, o un programa que permite el ingreso por vía aérea de migrantes con patrocinadores estadunidenses.

No obstante, estas opciones no otorgan los mismos beneficios que el estatus de refugiado ni un camino directo hacia la ciudadanía.

En abril, el gobierno de Biden anunció que se proponía admitir a 40 mil refugiados de América Latina y el Caribe en los años fiscales 2023 y 2024, duplicando una meta anterior. Hasta el 31 de mayo habían llegado unos 3 mil 400.

Algunos activistas han expresado su preocupación por que la atención prestada a América Latina pueda demorar el proceso de otros refugiados procedentes de otras partes del mundo, incluidos los que ya están esperando su aprobación.

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