París.- Según la última información revelada por el servicio europeo Copernicus, la temperatura media del planeta ha experimentado un alarmante aumento de más de 1,5°C en los últimos dos años. Este incremento supera el límite simbólico establecido por el Acuerdo de París para combatir el cambio climático.

El Servicio de Cambio Climático (C3S) del observatorio europeo confirmó que el año 2024 ha sido el más cálido registrado desde que se comenzaron las estadísticas en 1850. Además, se proyecta que el año 2025 podría situarse entre los tres más calurosos en la historia del planeta.

Estos datos preocupantes llegan en un momento crucial, en el que los países deben anunciar sus nuevos compromisos climáticos actualizados cada cinco años, en el marco del Acuerdo de París. Sin embargo, algunos países ricos han disminuido sus esfuerzos de reducción de gases de efecto invernadero, lo que representa un desafío importante en la lucha contra el cambio climático.

Según Copernicus, se ha superado el umbral de 1,5°C de calentamiento tanto en 2024 como en el promedio de los años 2023-2024 en comparación con la era preindustrial. Aunque este límite no ha cruzado el límite más ambicioso del Acuerdo de París, es importante destacar que las temperaturas globales continúan en aumento.

El calentamiento global sigue incrementando

Expertos como Johan Rockström, director del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK), han catalogado estos datos como una seria advertencia. El aumento de la temperatura ha desencadenado eventos climáticos extremos como sequías, inundaciones y tormentas que han tenido un impacto devastador en poblaciones y economías de todo el mundo.

Además, los océanos, que absorben el 90% del exceso de calor generado por la actividad humana, también han registrado un aumento récord en sus temperaturas superficiales, lo que afecta significativamente el equilibrio climático.

En este contexto, es urgente tomar medidas decisivas para desviar la trayectoria del cambio climático. La reciente COP29 en Bakú, la última gran conferencia climática de la ONU, apenas logró acordar nuevos objetivos de financiación climática y se mantuvo en silencio respecto a las ambiciones de reducción de gases de efecto invernadero y la transición hacia energías renovables.

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