El sur de Texas, un desierto sin agua ni piedad para los migrantes
13/08/2023 - Hace 1 año en InternacionalEl sur de Texas, un desierto sin agua ni piedad para los migrantes
Mientras el sur de Estados Unidos sufre una de las olas de calor más extremas de la historia, un enigma rodea a las autoridades y activistas en el sur de Texas, una zona árida y cercana a la frontera con México. Alguien se ha llevado varios barriles enormes que contenían botellas de agua y que un grupo de derechos humanos había puesto de forma estratégica para salvar las vidas de migrantes perdidos que caminan a pie.
Alguien se ha llevado los barriles azules de 208 litros que tenían la palabra “AGUA” en blanco y en mayúsculas. Estos barriles medían lo mismo que la cintura de una persona y se veían fácilmente entre las plantas secas y marrones por el Sol. Era raro no notarlos, pero desaparecieron sin dejar huella.
El South Texas Human Rights Center (Centro de Derechos Humanos del Sur de Texas) es el grupo que puso los barriles. Es una organización no gubernamental que quiere evitar que los migrantes mueran en el desierto. Su director, Eduardo Canales, dijo que los barriles se perdieron por primera vez en julio de 2023. Desde entonces, han perdido al menos 15 barriles, que son unos 3 mil litros de agua.
Canales cree que los culpables son algunos dueños de ranchos o cazadores ilegales que no quieren que los migrantes crucen por sus tierras. Pero no tiene evidencia ni testigos que lo prueben. La Patrulla Fronteriza ha dicho que no tiene nada que ver con la desaparición de los barriles y que respeta el trabajo humanitario del grupo.
Los toneles son vitales para los migrantes que cruzan por el sur de Texas
Ya que en esa zona las temperaturas veraniegas pueden ascender a los 43.3 grados Celsius y existen vastas haciendas en territorios inhóspitos. Los migrantes y a veces los traficantes de personas toman un trayecto por este condado en un intento de eludir un retén de la Patrulla Fronteriza en una transitada carretera a unos 48 kilómetros al este.
En una zona a más de 96 kilómetros de la frontera de Estados Unidos con México, los migrantes pueden tardar varios días en llegar hasta esa ruta después de pasar varias semanas cruzando montañas y desierto y evitando la violencia de los carteles. Muchos sufren de deshidratación, insolación, agotamiento o lesiones y necesitan ayuda médica urgente.
Según la Organización Internacional para las Migraciones, perteneciente a la ONU, casi tres mil migrantes han muerto cuando cruzaban de México a Estados Unidos desde el año 2014, sea porque se ahogaron en el Río Bravo o por falta de abrigo, comida o agua. El número de migrantes que cruzan por el sur de Texas y las muertes posteriores disminuyeron este año después de que el Gobierno del Presidente Joe Biden instituyera nuevas políticas fronterizas.
El problema no se ha resuelto y necesita una solución integral que proteja los derechos humanos y la dignidad de los migrantes. Mientras tanto, el grupo humanitario no dejará de poner los toneles con agua para ayudar a los migrantes a vivir en el desierto. “No tenemos tiempo que perder en lo que hacemos”, afirmó Ruben Garza, investigador de la policía del condado Jim Hogg.
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