Unicef ​​​​ha emitido una alerta urgente este miércoles debido al inminente peligro del poderoso huracán Beryl, que se acerca al mar Caribe. Según informes de la organización, aproximadamente tres millones de niños y adolescentes están en grave riesgo debido a este fenómeno natural, que ha causado estragos en varias islas de la región.

Karin Hulshof, directora de Unicef ​​para América Latina y el Caribe, ha instado a los Estados a implementar medidas de protección para asegurar la seguridad de los más vulnerables durante la tormenta. Beryl, moviéndose a velocidades alarmantes entre las categorías 4 y 5 en la escala Saffir-Simpson, ha devastado áreas como Granada, San Vicente y las Granadinas, Barbados y Santa Lucía, dejando a su paso destrucción con fuertes vientos, mareas y lluvias persistentes.

Hulshof ha enfatizado la importancia de tomar todas las precauciones necesarias para evitar pérdidas humanas y proteger a los niños afectados. Los equipos de Unicef ​​desplegados en la región caribeña están preparados para brindar asistencia humanitaria a las familias vulnerables, incluyendo suministros como botiquines médicos, kits educativos, agua y elementos de saneamiento e higiene.

La funcionaria también ha subrayado la necesidad de fortalecer las capacidades nacionales para enfrentar emergencias climáticas y asegurar la prestación de servicios esenciales a los niños en momentos de crisis. Esta necesidad es especialmente urgente en países pequeños del Caribe, altamente vulnerables a desastres naturales recurrentes.

Llamado de Unicef ​​a la acción internacional

Según datos de Unicef, aproximadamente 1,9 millones de personas en América Latina y el Caribe, incluido medio millón de menores de edad, sufren las consecuencias de desastres cada año. Esta región es la segunda más propensa a eventos de este tipo a nivel global, siendo Asia la más afectada en 2023, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

Ante esta situación, Unicef ​​ha lanzado un llamado de emergencia de 12,4 millones de dólares para atender las necesidades de las poblaciones afectadas en la región, incluidos los países del Caribe más expuestos a huracanes como Beryl. La colaboración y la solidaridad internacional son cruciales para asegurar la protección y el bienestar de los niños en momentos de crisis como la que se avecina con este poderoso huracán.

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