Escocia ha implementado una nueva política en el sistema penitenciario que permitirá la reclusión de mujeres transgénero en cárceles femeninas, siempre y cuando no representen un riesgo para otras internas. Esta medida, que entrará en vigor en febrero de 2024, ha generado gran controversia y ha sido objeto de debate en el país.

La decisión surge después de que el Servicio Penitenciario Escocés (SPS, por sus siglas en inglés) publicara un documento que establece los lineamientos para la reclusión de personas transgénero en prisiones femeninas.

Según el informe, una mujer transgénero no podrá ser considerada para su ingreso o traslado a una prisión de mujeres si ha sido condenada por ciertos delitos. Por ejemplo, asesinato, agresión, robo, secuestro, violación y acoso sexual.

Sin embargo, el documento también establece una excepción a esta regla. El Equipo de Gestión de Riesgos del SPS y el Comité Ejecutivo podrán permitir la reclusión de mujeres transgénero en cárceles femeninas si se demuestra de manera contundente que no representan un riesgo inaceptable para las internas.

Además, el nuevo documento hace mención de la posibilidad de alojar a los presos que posean un Certificado de Reconocimiento de Género (GRC) según su sexo asignado al nacer. Lo anterior si esto se considera necesario para garantizar la seguridad y el bienestar de las personas involucradas. Otras medidas incluyen un mayor monitoreo y la reubicación a un sitio diferente donde se puedan reducir o gestionar los riesgos que puedan surgir.

Estos cambios en la política penitenciaria escocesa se producen luego de un polémico caso que generó gran revuelo en el país. Se trata del caso de Isla Bryson, una mujer transgénero que enfrentaba cargos por violación a dos mujeres. Inicialmente, Bryson estaba en una prisión femenina. Sin embargo, posteriormente se le trasladó a una cárcel masculina debido a la indignación pública que esto desató.

La decisión de permitir la reclusión de mujeres transgénero en prisiones femeninas ha generado una fuerte polarización en Escocia. Algunos defienden esta medida como un avance en la inclusión y el respeto a los derechos de las personas transgénero.

Mientras que otros consideran que pone en riesgo la seguridad de las internas. Además, cuestionan los criterios que se utilizarán para determinar si representan o no un peligro.

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